El fútbol bueno deberá reducir los adornos fatuos.

15.01.2019 13:32 de  MAROGAR .   ver lecturas

“Hay personas que transforman el Sol en una simple mancha amarilla, pero hay también quien hace de una simple mancha amarilla el propio Sol”. (Pablo Picasso).

            Aquel fútbol de nuestros abuelos, aquel que no ofrecía complicaciones o dificultades añadidas a la pugna tradicional del juego, se sigue diciendo que aquel era el mejor fútbol posible. Es evidente la evolución futbolística hacia modelos más actualizados, con futbolistas y entrenadores pertrechados con mejores conocimientos de la realidad.  Pero tengo la sensación de que los aficionados siguen percibiendo con retraso las nuevas sensaciones futbolísticas, eso ni es bueno ni es malo...

            Porque “lo inamovible” no puede formar parte del futuro del fútbol, tampoco debemos renunciar a nada de lo que el fútbol nos hizo disfrutar en tiempos pasados, sin duda el fútbol sencillo debe incorporar facilidades en las ejecuciones, nuevas ilusiones, acumulación de experiencias prácticas limadas de lo fútil, para mí es evidente que “el fútbol simple es el umbral del fútbol bueno”. 

Pero la cuestión es que no es fácil diagnosticar aún (enero, 2019) dónde están los puntos de mejora y evolución futura:

1.- El fútbol debe ir en contra de lo complejo si quiere progresar, tanto societaria como deportivamente. Pero si no hacemos las cosas con una mezcla de acciones complicadas, con movimientos y dificultades complejas, pareciera que el fútbol practicado no tiene ningún mérito. Incluso, el fútbol sencillo pudiera parecer aburrido, simple, precisamente porque rompe la normalidad del fútbol espectáculo.

2.- Las Reglas deben ser respetadas por todos, los árbitros deben exhibir un criterio único en las distintas acciones, eso es lo normal. Quizás lo más lamentable sea que los futbolistas se expresen en Europa de una manera más intensa y competitiva; mientras que en las ligas domésticas las pautas se dulcifican, son más remilgadas las entradas, las cargas, los saltos y todo tipo de disputas. Dicha contradicción resulta difícil entenderla.

3.- Lo más habitual en la Liga española es que Barcelona y Real Madrid disputen siempre los primeros lugares. El Atlético decidió “complicar” la competición a los dos grandes y comenzó a progresar discutiéndoles los primeros lugares con formas distintas de jugar un fútbol que siempre tiene que ser variable. Lo más común sería que otros equipos contendieran a ese mismo nivel, pero aún tienen otras complicaciones dinerarias para fichar mayor calidad competitiva.

4.- Parece simple, pero me resulta complicado entender que Isco sea la permanente bandera de los medios para “acribillar” a los entrenadores del Real Madrid, actualmente Solari, y no informan mejor a la opinión pública sobre sus rendimientos que no pasan de discreto en el poco tiempo de participación del que ahora dispone, por cuanto su actitud en los entrenamientos aún deja mucho que desear. 

5.- Después del “Mundial Rusia 2018”, el VAR ha resultado una herramienta “lazarillo” para los árbitros, ya sería difícil prescindir de ella. Pero sería una simpleza imperdonable que la tecnología acabase siendo el protagonista principal de los partidos de fútbol, cuando su nacimiento fue para ayudar y mejorar el arbitraje, de complemento, de colaboración pura y dura al árbitro principal. Perfeccionando criterios y sistemas de medida aún en precario algunas…

6.- Lo simple debe traducirse por sensatez. Pero, lo habitual, es seguir perdiendo sin encontrar soluciones válidas, Las normas estancadas hay que hacerlas fluir hacia lo nuevo, lo sensato, superándose en los logros, primero en las mejoras propias y, después, en la contraposición con los contrarios. El Real Madrid, antes del “Mundialito”, todo lo exculpaba por la ausencia de Ronaldo; después de ganarlo en diciembre, no encontró una línea de rendimiento estable. Sin embargo, aficionados y prensa siguen cuestionando políticas, salvo que el presidente gaste millonadas en nuevos jugadores y entrenador. 

7.- Prefiero una normalidad provocadora que otra echada en plácida siesta. Un estancamiento poco competitivo solo puede orientarnos hacia un confort extraño que deteriora el espíritu de superación. En esta trayectoria podemos imaginarnos a los dos equipos sevillanos, Betis y Sevilla, ambos compiten entre sí y contra el resto de equipos de la Liga, con grandes expectativas. Y, sin embargo, en enero 2019 piensan en mejorar los equipos con nuevas adquisiciones.

8.- La normalidad es contender sin sobresaltos, alejados de sorpresas desagradables, aunque se necesita estar entrenado en lo fácil, en la consecución de cosas sencillas, procurando que lo anormal se supere mediante entrenamientos previos. El Español de Barcelona comenzó impresionante la presente Liga y, después de un valle peligroso y negativo, pareciera remontar de nuevo en una Liga muy competida. 

9.- Algunos equipos ganan con tal normalidad que a otros no les alcanza. Y cuando se contraponen los estilos puede descubrirse dónde está la verdad de los modelos. El Barcelona de Valverde, que no es el de Guardiola ni el de Luis Enrique, ha seguido jugando bien a su manera y ganando, está por ver si esta temporada aportará lo suficiente para encaramarse en las mejores posiciones de la “Champions League” como anunció Messi a principios de temporada.

10.- ¿Es posible que el fútbol sea tan fácil y lo hagamos tan complicado? Veamos a ese delantero que está marcado, de espaldas a portería, le dan la pelota y, como está apremiado por un contrario, la devuelve a un compañero y busca un nuevo desmarque a unos metros de allí que el espacio es libre… Esta facilidad de entendimiento no la tienen todos porque otros futbolistas reciben, protegen la pelota del marcador, a toda costa quieren darse la vuelta sin apoyarse en ningún compañero, hasta el punto de que acaban perdiendo el balón por pura cabezonería y desconocimiento de la simpleza del fútbol. Son dos posturas, la sencilla y la compleja. Con la primera hubiera conservado el balón hasta encontrar nueva jugada; con la segunda pierde el tesoro del juego, el balón… Son los futbolistas del Barcelona los que nunca pierden el balón por actuar con sencillez.

11.- El aficionado lo “tiene todo muy claro”, en general. Los más convencidos de que saben, llegan a creer que a Messi se le puede marcar individualmente, al hombre, “hasta el catre”. Otros, no menos versados, piensan que lo mejor es cubrirlo en zona, con aportaciones de más jugadores, con entradas graduadas hasta que falle el poseedor de la pelota; o alguno de los defensores consiga el balón con destreza inhabitual. Los marcajes siempre son complejos cuando el futbolista activo con la pelota es muy simple en su juego, ahí radica el misterio. 

Salamanca, 15. Enero. 2019.