¿El fútbol es un deporte sin balón? 2 de 2.

05.02.2020 08:41 de MAROGAR .   ver lecturas

“No siempre gana el mejor, sino el que mejor jugó. Un equipo puede ser mejor y perder un partido, debido a que su rival, pese a ser peor, jugó mejor”. (elfutbolymasalla.com).

             Frank Ordenewitz es un ex delantero alemán que llegó a ser internacional alemán con el Werder Bremen. En un partido contra el Colonia, en 1988, golpeó el balón con la mano, pero el árbitro señaló saque de esquina. Ante las protestas de los jugadores del Colonia, el árbitro preguntó a Ordenewitz qué había sucedido. Este, en un arrebato de honestidad inusual en un campo de fútbol, reconoció que había sido penalti. Y su equipo perdió el partido. “No se debe ganar a cualquier precio – señala David Fernández-. No me gusta que mis jugadores simulen una falta”. El engaño permite conseguir un objetivo a corto plazo. “Pero no es la mejor inversión a largo plazo – opina Pedro Marcet -.  Enseñamos a los niños que una de las cosas que más les van a ayudar en la vida es que los demás confíen en ellos. Y para eso tienen que ser honestos”.

            Leí a Bernabé Herraez, julio 2016, “Hace ya algún tiempo, cuando empezaba en esto del fútbol, escuchaba a los entrenadores veteranos insistir en la importancia del juego sin balón. A los jugadores se les hacía difícil entender este concepto, puesto que lo atractivo es tener la pelota… Actualmente aquella tendencia ha desaparecido en gran medida y se enseña, en la base, el fútbol con y sin balón. La intención es hacer entender el juego, su lógica, por lo que es importante saber qué hacer y para qué, desde mi posición, tenga o no la pelota, sea portero, defensa, medio o delantero… Los atacantes sin balón, tratan de ofrecer la mayor cantidad de soluciones al poseedor, para que este decida la mejor opción, pero ¿cuál es la mejor opción ofensiva? Desde mi punto de vista, el balón se tiene para hacerlo avanzar, se tiene para acabar en gol, o por lo menos en tiro. Se puede hacer de manera individual, conduciendo o regateando. Se puede obtener éxito si se tiene la colaboración de los compañeros, juego sin balón, a través de los pases y los desmarques, con el propósito de recibir solo y con ventaja para, insisto mil veces, avanzar y acabar la jugada de ataque. Si no se puede avanzar se mantiene la posesión, no se pierde la pelota bajo ningún pretexto, hasta que se encuentran los espacios o los compañeros que nos permitan progresar… En el caso de los defensores el juego sin balón es obvio. La intención es recuperarlo, por lo que tendrán que estar situados entre la pelota y la portería que protegen, cerca del atacante con balón, juntos y bien escalonados. De este modo, la atención se centrará en qué rival tiene la pelota, qué características le distinguen, si domina el cuero con su pierna hábil o no, en qué lugar del campo se encuentra, qué espacios deben ocupar los defensores, dónde están los atacantes más próximos a la portería defendida, dónde están nuestros compañeros, los más cercanos al adversario y los más lejanos... En resumen, la mayor parte del tiempo de un encuentro se lo pasan los jugadores sin tener contacto con el balón… No cabe duda que en nuestros entrenamientos tendremos que darle mayor importancia a qué hacemos cuando no tenemos el balón, mantenerlo y avanzar, o para recuperarlo en el caso defensivo”.

             También reforcé otras nuevas y elementales reflexiones leyendo en “futbolteorico.wordpress.com”: “El aprendizaje en las categorías inferiores no solo debe basarse en la técnica individual, sino en enseñarles a los niños y adolescentes a saber moverse sobre el campo. Deben aprender a leer los partidos, a saber qué posición deben adoptar si mi compañero tiene el balón en mi área, o donde debo colocarme si el rival me ataca por el centro, etc. Está claro que los movimientos dependen de los sistemas, y cada entrenador tiene el suyo. Pero hay cosas que son comunes a todos los sistemas tácticos. La orientación defensiva, los repliegues, las transiciones, las coberturas, las permutas y varios movimientos más. Está muy bien que los futuros futbolistas aprendan a cabecear, a golpear con ambas piernas, a controlar el balón, pero no es suficiente. Porque si solo le enseñamos esto, estamos formando jugadores que participaran 2 ó 3 minutos por partido, porque este es el tiempo que un jugador promedio tiene el balón en sus pies”. Se confirma este valor medio de posesión de los futbolistas en un partido.

              Supe por F. Puigcarbó sobre el “Jugar a fútbol sin balón”. “En la película Timbuktu hay una escena maravillosa donde unos niños juegan al fútbol en un campo de tierra, pero como está prohibido, lo hacen sin la pelota, la bimba (el balón) que diría Puyal. Alá es grande y Mahoma es su profeta, pero Messi es Dios, el dios de los cristianos culeargentinos, claro”. Ya Bolillo Gómez, técnico en Colombia, decía en febrero 2011 que “Cansa mucho jugar al fútbol sin balón”. Y en el blog “Ecosdelbalon,com” siguió profundizando: ”Sacchi llegó al convencimiento de que “Cada jugador es el líder cuando tiene la pelota, y todos deben de ser capaces de jugar”. Incluso se apunta en citado blog que Sacchi diseñó en su día unas lecciones para aspirantes a campeones a partir de los ocho años en el que colabora el periodista Alberto Polverosi. Allí se hablaba de la “creación de un jugador universal que crea juego en el momento que tiene el balón en los pies y (también) de moverse en el campo sin balón”. De hecho, “él consideraba que el fútbol italiano generalmente partía (y parte) del aserto “ha dei piedi buoni” (tiene buenos pies), refiriéndose a la técnica, y él en cambio estima que “ante todo el fútbol se juega con la cabeza y no con el pie”. Otra vez la piedra angular de la ontología futbolística de Sacchi. Éste, valoró para la cadena COPE (2010) el fracaso de Ibrahimovic en el Barcelona: “Lo de Ibrahimovic y el Barça era una boda difícil, yo lo sabía desde el principio. Un solista no puede tocar en una orquesta. Ibra es un gran solista, pero le cuesta amoldarse a los otros. El Barcelona es una orquesta y él no se encontró. Tiene talento, pero no aprovecha la sinergia de los otros”. Rematando con otra conclusión apabullante: “Es más fácil mejorar el pie que la mente”.

              De hecho, en “La intimidad del fútbol” que escribió Ángel Cappa ya concluía en que “si no partimos de una técnica adecuada, es imposible hablar de tácticas, de planes, de sistemas o inclusive de conceptos. La ejecución de todo eso sería defectuosa y por lo tanto todo lo demás no tendría valor alguno. O sea, empieza en los pies”. Dicho argumentario contrastaba con la idea de Valdano: “El fútbol es sobre todo inteligencia, empieza en la cabeza”. Sin embargo, Arrigo Sacchi presumía de su Milán porque “¡sólo había dos o tres jugadores capaces de regatear!”. Sorprendente. El propio Guardiola definía: “La gran cualidad de los clubes realmente grandes tiene que ver con que cuando se acercan al área rival, los jugadores no pierden la pelota (…) Los grandes equipos no pierden la pelota”. Por eso, cuando preguntaron a Messi en 2006 si trabajaba los regates durante la semana dijo: “Nunca. Agarro la pelota y salen. Así, en un momento. No imagino los partidos ni pienso las jugadas. Sale lo que sale en el momento, cuando tengo la pelota”. Y en 2009 respondió otra vez sobre qué iba a hacer en el césped: “Nunca pienso en regates ni en lo que voy a hacer, ni practico nada. Hago lo mismo que en la calle, lo que me sale en el momento. Es inspiración: si tengo un problema lo resuelvo al momento, no hay nada predeterminado”.

             Creo que, en la etapa actual, lo que más se echa en falta en los equipos es la individualidad que no renuncia al trabajo en equipo pero que resuelve en los momentos más apurados. El otro día un entrenador analizaba su partido de Copa del Rey y decía, muy escuetamente, “tuve que cambiar porque me estaba quedando sin velocidad en la punta de ataque”. Es decir, pase lo que pase, se planifique lo que se planifique, en el juego los entrenadores siempre quieren tener a su disposición cualidades en sus futbolistas tales como manejo con el balón, desborde, regate, gambeta atrevida, velocidad de acción, resolución ante la portería contraria… Pero, si nos fijamos bien, el futbolista puede ser tan peligroso con balón como sin él. Todo tiene su momento y su resolución…

            Salamanca, 5. febrero. 2020.