La "Mágica Champions League": Final 2018. (2 de 2).

27.05.2018 17:56 de MAROGAR .   ver lecturas

“Tú naciste siendo un ganador, pero para ganar debes planear ganar, estar preparado para ganar y esperar ganar”. (Zig Ziglar).

Y se jugó el partido. Kiev, 26 de mayo de 2018, 20,45 horas, estadio NSK Olimpiyskyi donde juega el Dinamo y la Selección de Ucrania, con capacidad para 70.050 asientos, inaugurado en 1923. Buen tiempo, campo cuidado, dos aficiones numerosas. Se acabaron las especulaciones tácticas. Los momentos del partido fueron únicos y exclusivos, incluso no previstos por los propios protagonistas. Lo previsible pudo ocurrir en un tanto por ciento muy elevado, pero como siempre apareció como decisivo “lo no previsto”. Con aquel espíritu que Dan Quayle señaló en su día: “Estamos listos para cualquier hecho imprevisto que pudiera, o no, ocurrir”. Por supuesto, la historia era favorable para Real Madrid, en este caso. Aferrándose a lo que escribía el recientemente fallecido escritor Philip Roth y viene al caso: “Lo implacablemente imprevisto, que había dado un vuelco erróneo, era lo que en la escuela estudiábamos como historia, una historia inocua, donde todo lo inesperado en su época está registrado en la página como inevitable. El terror de lo imprevisto es lo que oculta la ciencia de la historia, que transforma el desastre en épica”.

En esta ocasión, el desastre o la épica tendría que ocurrir después del partido. Empezó el duelo y el Liverpool era muy presionante y muy arriba. El Real jugaba contra esa presión lanzando balones largos sin utilizar el medio campo lo que originaba pérdidas de balón que, sin embargo, los ataques urgentes de Liverpool no supieron aprovechar con eficiencia. Se veía la velocidad de acción de los ingleses que parecía mayor que nuestra propia defensa. El Real había sacado el mismo equipo que ganó en Cardyff la temporada pasada, lo que obligaba a ver el partido en la banda a un Bale que anticipé en twitter iba a jugar de salida. Sin embargo, todas las escaramuzas del juego no acabaron con jugadas de gol claras, aunque Taylor demostró estar muy seguro cuando intervino. Dos acciones críticas parecían modificar el transcurso, una pugna entre Ramos y Salah dio como consecuencia que el egipcio tuvo que irse del campo a los 30 minutos más o menos, y enseguida, Carvajal en un esfuerzo hasta el fondo del campo se resintió muscularmente. Total, cambios y posibles disculpas para justificar lo que allí ocurría. Sería casualidad, pero fue a partir de entonces que el Real movió mejor el balón, se apropió de él y aunque la presión del Liverpool continuó ya no llegaban con tanta claridad. Al medio tiempo empate a cero. Y esperar nuevos acontecimientos.

Marcelo Bielsa nos ilustra: “Estamos acostumbrados a que determinadas causas generan efectos previstos. El fútbol se aparta de eso: una mínima causa puede ofrecer diferentes efectos. No se puede prever lo que va a pasar. Entonces, los que protagonizamos o pertenecemos al fútbol y hemos transcurrido tiempo suficiente dentro de él, sabemos que la mayoría de las cosas que suceden no obedecen a cómo las imaginamos, no son como las imaginamos, hay mucho de casual. Sinceramente, soy un segmento de un proceso que circunstancialmente fue exitoso”.  Continuó la segunda parte con mayor pujanza del Real hasta el final del partido, no en vano el dueño del balón fue el Real Madrid con el 65% de posesión. Isco había metido casi gol cuando su envío por encima del portero golpeó en el larguero, sin duda una ocasión clarísima y la emoción que había producido el remate de cabeza de Ronaldo en fuera de juego que marcó Benzema al rechace del portero. El partido caminó en 5 minutos del 1-0 increíble que propició el saque con la mano del portero que se interpuso Benzema y entró en la portería después de golpearle la pelota; al empate del Liverpool en una excelente acción por arriba que dio origen a una anticipación de Mané debajo de palos. Y vuelta a empezar para desequilibrar el marcador. Al minuto 60, Zidane apura sus decisiones y saca a Bale para sustituir a Isco. Mano de santo. El 2-1 para el Real resultó una acción maravillosa de un dinámico Bale rematando de chilena un centro de Marcelo a unos 11 metros de la portería. Espectacular. Proverbial. Un amén de una oración que había durado 60 minutos. El Liverpool encajó mal el resultado, seguía presionando, sin embargo, aunque sin desarrollar un juego planificado con balón. Mané, el goleador, tuvo otra ocasión golpeando el poste derecho de Keylor que se había arrojado al suelo siguiendo la trayectoria. Y, finalmente, el cierre del partido sucedió con otra genialidad de Bale al tirar a puerta desde 30 metros de distancia y el balón caer a plomo doblando las manos del portero. A decir verdad, éste falló en el primer gol de manera estrepitosa y en esta acción se comportó como un niño con manos de mantequilla. Sin duda, colaboró al desenlace del partido sin incorporar deméritos para el Real Madrid, justo Campeón al fin y al cabo. “El fútbol es una ciencia oculta de lo imprevisto”, dijo Dante Panzeri. Por enésima vez, el partido se decidió por otros factores no previstos…

Quizás este sea el momento de plasmar los apuntes de (Lorenzo Lara, Marca, 24.05.2018): “La consultora de marketing deportivo CSM nos ofrece el partidazo de Kiev desde otro punto de vista: el comercial y económico. En ese aspecto, el Real Madrid parte con ventaja… El valor de la marca “Real Madrid” se estima en 1.288 millones de euros por los 986 de la marca “Liverpool”. El conjunto blanco supera también ampliamente al cuadro inglés en ingresos. Los blancos reciben 136,4 millones por venta de entradas, 236,8 en concepto de ingresos televisivos y 301,4 millones de comerciales. En total 674,6 millones. El Liverpool, por su parte, ingresa por estos mismos conceptos 424,2 millones… El valor de los jugadores madridistas es de 771 millones. El de su rival del sábado es de 459 millones… El Real Madrid también tiene ventaja en el impacto social, con cerca de 200 millones de seguidores en las diferentes redes sociales por 50 su adversario. En una final el componente deportivo es importante, pero en los últimos años se está demostrando que el factor económico también tiene un peso trascendental. En las últimas cinco ediciones de la Champions el título lo acabó ganando el finalista con mayores ingresos ordinarios… Si esta premisa se mantiene, el equipo madridista debería salir campeón este sábado”.

Así que, en cuanto a los números presentados, se cumplieron fielmente las premisas. Lo que nadie predijo, sin embargo, fueron las declaraciones que Cristiano Ronaldo formuló al final del partido. En esencia, vino a decir con mucho misterio, que se va del Real Madrid. Inoportuno, al fin y al cabo. Porque una victoria como la decimotercera consecución de “Champions League” es una victoria colectiva espectacular y sin antecedentes. La “genialidad” de Cristiano lo convierte en una respuesta individual a un protagonismo que, ahora mismo, había que disfrutar en conjunto. ¿Y ahora qué? ¿Nos ponemos a tiritar esperando la decisión futura del inigualable goleador? ¿No podía esperar a este disfrute colectivo y resolver sus desavenencias en privado los próximos días? El fútbol ha resuelto parte de su misterio de “Champions League” y ha generado una cota impensable, de récord. El Real Madrid ha ganado CUATRO trofeos en CINCO actuaciones. Sus jugadores, sus entrenadores, sus directivos, tienen un mérito desmesurado, incluso los aficionados... Demostrando que siguen teniendo hambre de éxitos lo que refuerza al equipo para futuras actuaciones.

Salamanca, 27 de mayo de 2018.