Las gafas de la complejidad. 1 de 2.

06.07.2019 00:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

“Las crisis potencian la evolución y que cambios que parecían difíciles o imposibles pueden darse incluso relativamente deprisa”. (Elsa Punset).

             El jugador Marcos Llorente del Real Madrid, empezó a jugar de medio centro con su equipo de manera regular aprovechando que el proceso de recuperación de una lesión del titular Casemiro se alargó más de la cuenta. Gracias a que su rendimiento fue excelente en los partidos jugados, culminado en el partido final del Campeonato Mundial de Abu Dabi llegando a marcar un excelente gol de entrebote (bote inglés o bote pronto), nombres técnicos con los que también suelen definirse, algún titular de prensa aseguró que Zidane y Lopetegui no se enteraron que tenían dicho recurso en su plantilla, dándole todo el mérito a Solari porque ahora lo puso de titular. Que tremenda injusticia esa apreciación, por mi cuenta y riesgo aseguro que la decisión más arriesgada con Marcos Llorente, y germen de lo que está pasando ahora, fue la incorporación de dicho jugador a la plantilla del R. Madrid proveniente de su cesión al Alavés, precisamente en la época de Zinedine Zidane.

             Aprovechando esa corriente de triunfador, también se ha incidido en que el jugador practica la “dieta paleolítica” (Un mito del momento), así como la utilización de una cama especial. Sin duda, Llorente es un excelente deportista y cuida la dieta de manera especial.  Y la propaganda al uso amplía que lleva genes del extraordinario futbolista Gento. Quizás su padre, Paco Llorente, da la clave de todo esto: “Destaca su físico, pero el secreto está en su cabeza”. Al parecer, la estricta “dieta del paleolítico” se imita el menú de los hombres de las cavernas: pescado, carne, pollo, arroz, algunas legumbres, etc., todo lo que en aquella época disponía la naturaleza. Nada artificial. “Ahora mete innovaciones. Por ejemplo, probó un tiempo con leche cruda”, dice su padre. Sin duda, desde pequeño fue muy riguroso en su preparación: “Fue un niño muy sano. Habrá tomado antibióticos tres veces en su vida”. Incluso dispone de un preparador personal en el gimnasio que se ha instalado en casa”. Del mismo modo se asegura que “duerme nueve horas”. Y entre las herramientas singulares del futbolista se habla de una “cama inteligente que desecha la contaminación electromagnética. El invento llega a disminuir la edad biológica hasta en 15 años”. Todo ello denota una tendencia moderna en la concepción de ciertas obligaciones como deportista. Una singularidad sencilla de cumplir por todos los deportistas. Sin embargo, el Real Madrid se cuestiono su continuidad, traspasándolo al vecino Atlético Madrid.

              En ABC, firmado por Manuel P. Villatoro, pudimos leer el análisis de Silvia Moreno, Doctora en Ciencias de la Alimentación por la UAM, las ventajas y secretos de la dieta que convertía a los gladiadores romanos en máquinas de matar. Es de suponer que los futbolistas apliquen algunos principios de aquellos, pero en este caso para rendir adecuadamente a las exigencias actuales de un partido de fútbol. Afortunadamente, “los luchadores no solían morir en la arena o que los enfrentamientos se correspondían más con un espectáculo en parte teatralizado que con una salvaje pelea entre dos contendientes que se odiaban a muerte…” Lo que nos quita un gran peso de encima. Y nos sorprende a su vez que “los últimos estudios afirman que estos guerreros eran alimentados con un régimen vegetariano e, incluso, con una extraña bebida energética que suplía su carencia de calcio”.  

              Por tanto, a la vista de los tiempos, se pone en duda de si aquella dieta era la adecuada. “Ésta se basaba en habas, trigo y cebada (y no en carne, como han mostrado las películas a lo largo de las décadas).  El resultado era un régimen prácticamente vegetariano que, atendiendo a la región en la que se ubicara el centro de instrucción (cerca o no del mar), podía completarse también con pescado o marisco. Con todo, que los pilares básicos fueran estos tres alimentos no implica que el resto se desecharan”. Al parecer, quedó constancia de esta dieta en una obra de Plinio el Viejo. Por tanto, parece mentira que “la cebada” fuera el producto básico para tales deportistas. Y algún otro autor como Galeno de Pérgamo, incidía en que “las habas (también traducidas como alubias o frijoles) eran un componente nutricional básico para estos guerreros”. Y otra confirmación: “Las estrellas romanas de la arena comían en grandes cantidades hasta tres veces al día para tener fuerzas”. 

              Quisieron ponderar tanto el estado de forma del futbolista Llorente que, a los pocos días, se lesionó muscularmente como habitualmente venía ocurriendo con otros deportistas, precisamente con una ruptura en el “bíceps crural”, músculo muy afectado en los últimos años a muchos futbolistas. Ya comenté en otras ocasiones que dichos músculos antagonistas del “cuádriceps” se suelen romper por entrenarlos solo en elasticidad y no trabajar su potencia. Así de simple. Posteriormente, el futbolista se recuperó y volvió a jugar con eficiencia un nuevo partido del Real Madrid hasta que surgió una nueva lesión. O sea, dos años entrenando a tope, dos meses jugando a tope, sin esfuerzos anteriores, y dos lesiones en menos de dos meses. ¿Conclusiones? ¿Cómo imputamos estas lesiones a la mala preparación física, cuando el atleta en cuestión hace una vida excepcional de deportista y además cuenta con un “coach” personal al margen del club? Es muy difícil imputar estos sucesos a “la mala preparación física del club”.

             Por supuesto, ni el paleolítico, ni los gladiadores, son un ejemplo a seguir de manera práctica por cuanto los tiempos han evolucionado y la biología del deportista está ya muy avanzada para que contribuya a su rendimiento sin caer en ayudas prohibidas. Con los datos manejados en la alimentación de los gladiadores, se saben las carencias de proteínas, de vitamina B-12, concluyendo para los tiempos actuales que “La nutrición no es solo el aporte energético. Un atleta necesita un aporte de vitaminas y minerales mucho mayor, y la ausencia de alguno de estos micronutrientes puede afectarle directamente a su rendimiento”. Respecto a las bebidas milagrosas, los brebajes contenían cenizas de plantas, vinagre, restos de huesos, etc., al parecer reducían el riesgo de fracturas. Por supuesto, además de los distintos complementos y herramientas necesarias para los futbolistas en un fútbol avanzado, también es necesario un nuevo bagaje intelectual que rompa con pautas generalmente aceptadas, añadiéndoles más valores para un fútbol siempre dispuesto a evolucionar.

            Salamanca, 6 de julio.2019