"Las reglas del emperador". (5) Pacho Maturana.

03.07.2017 09:53 de MAROGAR .   ver lecturas

El fútbol debe ser una escuela de vida…”

            Un futbolista, odontólogo, transformado en entrenador de fútbol con ideas avanzadas. Larga trayectoria dentro y fuera de Colombia, en España entrenó a Valladolid (1990) y Atlético de Madrid (1994), actualmente en el Comité Técnico de FIFA. Pacho Maturana es de los “emperadores” que quiere convencer siempre: “La táctica es el alma del fútbol”. Siempre la pelota como objeto de culto pero dando libertad a gente excéntrica como el indescifrable portero Higuita: “Messi puede ser el mejor jugador del mundo, pero para dar sentido a su fútbol necesita que su portero no encaje goles, que Mascherano y Gago recuperen el balón…” (…) “En Italia reunimos un grupo de jugadores que tenían un contenido táctico muy importante. Me decía el maestro Tábarez (uruguayo) que éramos de las pocas selecciones que entrenaba todos los días”. E insistió: “Nos conocíamos de memoria. Hicimos las cosas bien y logramos, sobre todo, blindar el entorno”. (…) “Era un grupo muy aferrado a sus convicciones. (…) “El jugador tiene que entender que la táctica no va en contra suyo sino que lo hace mejor. Un entrenador, como líder, debe procurar eso, hacer mejor a sus jugadores. No hacen falta arengas para la guerra, cada uno necesita una motivación especial y hay que conocerlos escuchándolos”.

Dijo una vez en España: “Con 11 Simeones yo me voy a recorrer el mundo. Simeone tenía todo, en el campo el cuchillo entre los dientes y fuera era leal, auténtico. Le gustaba entrenar, no saboteaba, le gustaba la táctica. Todos sus entrenamientos eran al máximo de intensidad”. Concretando: “Esos son los jugadores que marcan las diferencias, aquellos a los que les pegan y no caen. Las cosas buenas no están en el suelo. Actualmente, si hay un profesional al que te gustaría que se pareciera tu hijo… con esa potencia… ese sería Cristiano. Es el biotipo de jugador de fútbol y destila profesionalismo. Pero al otro lado ves al otro fenómeno con toda esa fantasía, con esa humildad, sin hacer ruido…” Maturana, un entrenador de “buen gusto” por el fútbol: “(Me quedaría) con Iniesta. Es un pintor. Es un Dalí, un Velázquez. Cualquiera que tenga sensibilidad artística descubre que si Iniesta hiciera con un pincel los mismos movimientos que hace con el balón saldría una obra de arte. Es de ese tipo de jugadores europeos que parecen hechos en América”. (…) “Se puede ganar de cualquier manera, pero cuando ganas a partir de un plan y un estilo los resultados alcanzan sostenibilidad en el tiempo. Siempre con el balón como protagonista. Tener el balón es la mayor sensación de fortaleza que puede tener un jugador. España quiso ser toro y furia hasta que se dio cuenta de que era mejor y disfrutaba más siendo torero”.

En el Atlético de Madrid, “Luis Aragonés me decía que era un atrevido colocando la línea defensiva en el centro del campo cuando la esencia del juego del Atlético siempre había sido el contragolpe. Había muchas prisas por llegar arriba. La idea era que los jugadores emparentaran con el balón y establecieran una relación afectiva con él... Después estaba el tema de trabajar en zona. Es un sistema en el que el entrenador necesita un líder sobre el campo que lo interprete”. Pacho es muy sólido en sus ideas futbolísticas: “En fútbol, uno solo no es nada”; “Mi compromiso es con el público, el rival, la estética y la fantasía”; “Yo les enseño cómo recuperar el balón, y ustedes deciden cómo llevarlo a la portería contraria”; “Hay que conseguir que la afición espere el domingo con alegría por ver jugar al equipo y no con angustia por cómo nos irá”; “Haber sido jugador me ayudó a saber cómo piensa un jugador, qué necesita. El jugador es muy especial, necesita afecto, atención, sentirse bien y eso lo hemos tratado de aplicar siempre”; “Si el técnico no convence, si el mensaje no llega al jugador es muy difícil que lleguen los resultados, que el equipo haga aquello que uno pretende”.

En la primera etapa con Colombia apuntó: “Estábamos acostumbrados a hacer tareas, a tratar de que el rival no juegue, a desactivar al rival y nosotros propusimos ser los protagonistas, ser los dueños del balón, tener un juego propio y eso nos fue dando una personalidad distinta tanto dentro como fuera de la cancha”. (…) “Los resultados siempre ayudan a estabilizar una idea” (…) “Hemos creído siempre que si un resultado no tiene una base de juego, de fundamento no dura, al poco tiempo nadie se acuerda. Hay equipos que no han ganado pero la gente recuerda lo que hacían, como jugaban como, por ejemplo, Holanda que no ha sido campeón del mundo pero tiene un sello que hace que la gente siempre recuerde bien a esta selección” (…) “No hay ex entrenadores, uno siempre tiene el bichito de dirigir”.  Y muestra una faceta menos conocida: “Trabajando con los niños y jóvenes uno se siente productivo, siente que está formando más que jugadores a personas. Uno a un niño debe enseñarle y explicarle el porqué de las cosas para que él asimile esas enseñanzas o si no viene otro y le llena la cabeza. La FIFA pretende que el fútbol cambie el mundo y en eso estamos trabajando, el fútbol debe ser una escuela de vida”. Su lógica siempre es aplastante: “Si juego bien y gano, es normal; si juego bien y pierdo, por lo menos obtuve un triunfo con el buen juego. En cambio, si juego mal y además pierdo, sufro doble derrota".

Pacho Maturana se ajusta a “Las reglas del emperador”: “Un emperador inteligente emplea a las personas de la misma manera. Utiliza el cerebro del hombre sabio, la fuerza del hombre estúpido, el coraje del valiente y la prudencia del cobarce. Sabio o estúpido, valiente o cobarde, cada persona tiene una utilidad según sus capacidades”. (Tang Taizong). Gente tan significada debiera aportar de manera permanente al fútbol, una buena filosofía para los dirigentes de este “negocio” singular…

Salamanca, 3 de julio de 2016.