¡Memoria contra "desmemoria" en el fútbol!

12.01.2018 14:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

“Por definición, no hay aprendizaje sin memoria ni memoria sin aprendizaje. Aprendizaje y memoria son dos procesos estrechamente ligados y en cierto modo coincidentes, como las dos caras de una misma moneda”. (Ignacio Morgado Bernal).

Ya he utilizado otra vez argumentos del sociólogo polaco Zygmunt Bauman sobre la “modernidad líquida” que suelo aplicar a mi particular visión del fútbol. Coincidiendo que el mundo futbolístico actual es más precario, provisional, ansioso de novedades y, con frecuencia, agotador. Pero pocas cosas cambian salvo aquello de que el equipo que gana es el que está en posesión de la verdad temporal. Y los que no ganan se ven en la situación actual, enero 2018, como es el caso del Real Madrid. Es un ejemplo típico de dicha “modernidad” que, como decía el sociólogo hace unos años: “Hoy la mayor preocupación de nuestra vida social e individual es cómo prevenir que las cosas se queden fijas, que sean tan sólidas que no puedan cambiar en el futuro. No creemos que haya soluciones definitivas y no sólo eso: no nos gustan.” Es muy típico en el mundillo futbolístico que, cuando una fórmula es ganadora, la airean como el único modelo existente con el cual también se ganaría en el futuro. Y resulta que no, que esas fórmulas evolucionan, están sujetas a las propias evoluciones y la de los equipos contrarios, los futbolistas hoy rinden a satisfacción y mañana dejan de hacerlo, sencillamente porque son personas sujetas a envejecimiento… Cuando nos acostumbramos a tiempos más veloces, las nuevas oportunidades hacen devaluar las anteriores y se produce un consumismo enfermizo. Estamos asistiendo actualmente a este torbellino, a esta evaluación cambiante de situaciones.

            La actual situación del Real Madrid requiere de una flexibilidad mental para la que no estaban preparados, ni los jugadores, ni los entrenadores, y menos los aficionados como los medios de comunicación. De ganarlo todo se pasó a resultados inciertos, incluso aceptando internamente que la Liga 2017/18 ya la han perdido respecto al Barcelona. “Todos pueden perder los logros conseguidos durante su vida sin previo aviso”, decía Bauman. Seguro que no pensaba entonces en el Real Madrid pero es una representación clara: “Hoy hay una enorme cantidad de gente que quiere el cambio, que tiene ideas de cómo hacer el mundo mejor no sólo para ellos sino también para los demás, más hospitalario. Pero en la sociedad contemporánea, en la que somos más libres que nunca antes, a la vez somos también más impotentes que en ningún otro momento de la historia”.

“Todos sentimos la desagradable experiencia de ser incapaces de cambiar nada. Somos un conjunto de individuos con buenas intenciones, pero que entre sus intenciones y diseños y la realidad hay mucha distancia. Todos sufrimos ahora más que en cualquier otro momento la falta absoluta de agentes, de instituciones colectivas capaces de actuar efectivamente”, según Bauman. Trasladado todo esto al mundo del fútbol, el periodismo como gran interesado lanza los errores más acusados de los equipos sobre todo centrados en “grandes fichajes” que muevan el mercado periodístico hacia una actividad más comercial que les permita a ellos mismos la supervivencia a base de propaganda y portadas llamativas llenas de cifras mareantes. Sin embargo, muchos entrenadores, muchos presidentes, no quedan prendidos de ese anzuelo y renuncian a fichar por fichar a nuevos jugadores. En el caso del Real Madrid, parece que la solución a sus problemas sería el fichaje de algún jugador que pudiera marcar goles, sobre todo, pero a riesgo de entrar en conflicto con los grandes nombres que hasta ahora habían sido efectivos: Cristiano Ronaldo, Benzema, Bale, Isco, etc.

Se significa que los grandes equipos europeos han gastado esta temporada unos 2.400 millones de euros entre 14 equipos destacados. Y de lo más sorprendente es que es el Real Madrid el equipo que menos dinero ha destinado a la contratación de nuevos futbolistas. Un cambio de rumbo encaminado a la contención del gasto. Y, sin embargo, puede ostentar un récord importante como fue la consecución de 5 grandes títulos. Las inversiones de esta temporada 2017/18 cifran: Barcelona (313 MMs); Manchester City (249 MMs); PSG (238 MMs); Chelsea (216 MMs); Milán 194 MMs); Liverpool (167 MMs); Manchester United (164 MMs); Juventus (151 MMs); Bayern Munich (116 MMs); Atlético de Madrid (102 MMs); Inter de Milán (80 MMs); Arsenal (55 MMs); y Real Madrid (42,5 MMs).  Curiosamente, el Real Madrid fue líder del mercado hasta la temporada 2013/14, y curiosamente fue muy criticado en su momento por tales dispendios. Ahora, cuando lleva unos meses sin ganar tantos puntos como antes, también le critican al Real Madrid la actual política. Los números positivos entre fichajes y traspasos parecen no cubrir las expectativas actuales de mucha gente.

Definitivamente, el fútbol no tiene memoria. Los hechos lo demuestran a diario y todo ello acumula una carga de amargura porque, por más que lo denunciemos, progresamos muy poco en la comprensión de los hechos ocurridos en los partidos de fútbol. El entrenador José Luis Oltra, cuando entrenó en Granada, hizo esta reflexión: “El fútbol ni tiene futuro ni tiene pasado; no tiene memoria, tiene presente… Si no ganas todo esto servirá de poco y si lo haces se generará mayor euforia…” A mí, personalmente, me parece que la superación de la “desmemoria” debe producirse con una herramienta muy poderosa: La memoria. No es de recibo que ahora mismo sólo se aireen las derrotas y los defectos del Real Madrid cuando en un año había ganado cinco títulos. Esos que se esconden en la masa para cuando hay que dar “leña al mono” no aportan razones ni explicaciones sino más bien siembran bombas de relojería ocultas en una carcasa ficticia de realidad. El mismo Piqué llegó a reconocer en agosto 2017 que los madridistas estaban un escalón por encima de ellos cuando les ganaron la “Super Copa de España”; incluso, Xavi Hernández, estuvo muy crítico con el Barcelona poniendo de ejemplo al Real Madrid en su manera de fichar… Por tanto, ante la desmemoria contraponer la memoria es la solución para los madridistas. Y no es normal que salga alguna voz favorable al Real Madrid, a pesar del actual estado de desconfianza y negatividad. En el blog de Marca, “Al primer palo”, Juanma Rodríguez se confiesa públicamente: “Yo no soy más madridista que nadie… pero tampoco menos, disfruto con las buenas cosas que le pasan al equipo, combato desde los medios a quienes lo ultrajan y, por supuesto, como todo madridista, sufro cuando las cosas no van bien. Sufro… pero soy leal. Sufro… pero tengo memoria. Sufro… pero no soy tan petulante como para pensar que yo se más que Zidane. Sufro… pero pongo las notas en mayo y no en noviembre, diciembre o enero. Sufro… pero apoyo. Sufro porque veo lo que ve cualquier hijo de vecino… pero no olvido ni destruyo tampoco todo lo que han hecho estos jugadores. No existe organización humana, y no sólo deportiva, que aguante el nivel de exigencia antropofágica de este club, incapaz de resistir su imagen en el espejo… Soy un bicho raro, lo reconozco, pero y no me bajo del barco”.

Desmond Morris ya nos habló de “la tribu del fútbol” en su excelente libro sociológico traducido como “El Deporte Rey”.  En su libro póstumo, “Retrotopía”, Zygmunt Bauman escribió: “¿Por qué las diferencias entre grupos de población se reducen siempre a una relación de inferior/superior? El motivo es el tribalismo.  Y el propósito de la tribu es determinar a quién apoyar y a quién matar”. Y continúa Bauman: “Nadie escucha a nadie. Toda información que contradiga lo que cualquiera de las partes esté defendiendo se ignora por sistema. Las personas no se escuchan unas a otras, porque, en realidad, no se oyen unas a otras… En un territorio poblado por tribus, los bandos en conflicto rehúyen y desisten obstinadamente de persuadirse, hacer proselitismo o convertirse el uno al otro; la inferioridad de un miembro cualquiera de una tribu ajena es, y necesariamente debe ser y seguir siendo, una carga predestinada – eterna e incurable – o, cuando menos, ser considerada y tratada como tal “. En esta lucha de tribus, los equipos están jugando a inversiones millonarias que, demasiadas veces, tratan de anticiparse al gasto del contendiente más inmediato.  Este viernes 12 de enero, Zidane señaló una clave más de este tribalismo al que juegan los medios de comunicación: “Es muy bonito hablar en negativo del Real Madrid, vende más”. ¡Zasca! “Tenemos que sacar lo positivo, estamos vivos en todas las cosas y sacar adelante. No estamos tan mal como se puede decir”. (…) “Debemos encontrar nuestro mejor nivel si esperamos algo ante el PSG. Lo que tenemos ganas de recuperar es la regularidad con las cosas que hacemos bien y no nos está pasando. Recuperar la energía positiva y hace falta que cada uno de nosotros ponga un poco más porque la situación lo exige”.

Ya digo, a mí me parece que, frente a esta guerra comercial existente contra el Real Madrid, el técnico Zinedine Zidane sabe que la solución frente a la “desmemoria” es volver a la memoria, a lo que se hace bien, a lo que dio resultados con los mismos medios disponibles ahora mismo… Anoche mismo, en la Cadena Ser, se preguntaba a aficionados sobre si el Real Madrid debería fichar o no; y un señor residente en Cataluña aseguraba que el mejor fichaje que harían los madridistas sería “un entrenador”, quitándole todos los valores al actual entrenador del R.M., con el desconocimiento latente como si yo opinase sobre las cualidades de un Premio Nobel. Me pareció una falta de respeto total pero algunos de los periodistas presentes le siguieron “la gracia” al “infalible” oyente… ¿Así dónde vamos…? Con actuaciones similares se confirma, una vez más, que el fútbol resultará indescifrable cada vez más…

Salamanca, 12. Enero. 2018.