"MUNDIAL RUSIA 2018": Fútbol "De pies a cabeza". 9 de 9.

28.07.2018 18:16 de MAROGAR .   ver lecturas

“En el fútbol, la cosa pasa por hacer goles. No por evitarlos. Cualquiera que lo entienda a la inversa es porque prefiere el ajedrez o la estrategia a la belleza de la espontaneidad”. (Libro: “De pies a cabeza”, Agustín J. Valle/Juan Manuel Sodo y otros).

En capítulos anteriores hemos sintetizado las conclusiones más evidentes del “Mundial” finalizado. He leído y escuchado numerosas opiniones, es típico en estos Campeonatos quedarse con el resultado final y las excelencias de los jugadores “fuera de serie”, por otra parte lo más fácil de ver y exponer. Pero sobre todo priva lo anecdótico que no aporta ningún beneficio a futuro porque las planificaciones de mejora no se apoyan nunca en lo anecdótico. Además, de los entrenadores deberíamos obtener algunas enseñanzas pero, en la mayoría de las ocasiones, el propio técnico tiene que luchar por su supervivencia porque la tendencia histórica es que se vaya a la calle si los resultados no fueron los adecuados. Es muy difícil emprender un proyecto, fijar unos objetivos, desarrollarlos y esperar a que el Torneo se lleve a cabo y finalice en “juegos florales”, sino todo lo contrario. Todo lo que no se corresponda con un éxito, significa que los directivos acabarán echando a los entrenadores y éstos se tienen que ir con el rabo entre las piernas, ni siquiera acabará cobrando lo estipulado y, lo más lamentable, es que ningún técnico dedicará cinco minutos a redactar un solo informe para la Federación,  ni de su equipo, ni del contrario, ni de las conclusiones observadas en los demás equipos para obtener enseñanzas futuras. “Y el fútbol es eso. momentos cruciales. Y se trata de resolver, en momentos cruciales, no a sangre fría, sino a hierro caliente. Porque fríos son los defensores que te revientan a patadas y no se les mueve un pelo, o que despejan a la tribuna y se ganan el aplauso del coliseo. Los que recurren a cualquier cosa para evitar sobresaltos”. (Libro: “De pies a cabeza”, Agustín J. Valle/Juan Manuel Sodo y otros).

Yo he sacado mis propias conclusiones, las he escrito a vuela pluma aunque hayan sido muy reflexionadas, no sé muy bien si alguien me habrá leído y está conforme con mis observaciones. En todo caso, he buscado ideas concluyentes en periodistas y técnicos aunque he constatado más espuma que realidad. Me gustó especialmente un informe resumen de Julio Maldonado, “Maldini”, otras veces suele quedarse en la superficie de las cosas, periodista que se explayó en el As, 21.julio.2019: “Citius, altius, fortius” reza el principal lema olímpico. El más rápido, el más alto, el más fuerte es el mejor. No en fútbol, ese juego mágico, imprevisible, traicionero como ningún otro. Aquí el mejor no es ni el más rápido, ni el más fuerte ni el más alto. No en la mayoría de las veces, al menos… Una Copa del Mundo en la que a menudo el juego fue por un lado y la estrategia a balón parado por otro. Cuando lo segundo supera a lo primero esto se convierte en una moneda al aire muchas veces, demasiadas. Esa sensación tuve en muchos momentos durante el Mundial y no sólo con Inglaterra, especialista en ello hasta el extremo. No tanto con Francia, que ejecutó de maravilla lo que pretendía, guste o no y lo digo de antemano. A mí no mucho, también es cierto. Pero su triunfo no es casual y eso quiero dejarlo claro. Un torneo con poco talento individual y mucho juego colectivo. Pizarra, pura estrategia, una especie de fútbol probeta magnífico para el análisis posterior con pizarras repletas de círculos y rayas pero difícil de digerir”. 

Hasta aquí podría haberlo escrito yo mismo porque comparto totalmente sus percepciones más profundas. (…) “Ha sido el Mundial de los actores de reparto. El fútbol camina hacia otra cosa y así que hay que asumirlo… Deschamps renunció desde la propia convocatoria a dominar los partidos con la pelota y ganó el Mundial. Dominó, sí, otras facetas que le encumbraron. Salida con espacios, dominio en el área propia. Todo el mérito pero espero que no marque tendencia…. Y Deschamps lo tuvo claro desde el principio. Poco balón y mucha verticalidad. Y modificó el equipo que inició el Mundial con Dembelé en costado para meter a Giroud. Él, Giroud, un delantero centro campeón del mundo sin disparar entre los tres palos ni una vez”. (…) “La elección de Modrid como futbolista del torneo sirve para cerrar este artículo como lo empecé. Ni es el más rápido, ni el más alto ni el más fuerte. Como diría Eduardo Galeano fue la esperanza del mendigo del buen fútbol, de quien va por ahí suplicando por una buena jugadita, por el amor de Dios. Francia es la campeona pero confiemos en que en la retina de los niños perdure más Modric que Pogba”.

Sin duda, el Campeonato fue una muestra excelente de pugnas deportivas con la percepción de que no hubo enemigo pequeño. Y el resultado final nos dejó con dudas entre lo aportado por cada uno de los finalistas, la mayoría nos habíamos decantado por Croacia y su juego ligado, asociativo, frente a la potencia vertical francesa. Pero ahí está resuelta la ecuación que, seguramente, servirá para otras ocasiones aunque nunca definitivo. Si no que se lo pregunten a Alemania. Y para clarificar aún más mis pensamientos encontré un artículo de los más clarividentes sobre este “Mundial Rusia 2018”, y no me resisto a sintetizarlo para que aprendamos a ver el fútbol de manera objetiva y no sentimental, obteniendo muchas conclusiones positivas a las que deberían hacerle caso los que más saben o tienen influencias para nuevas creaciones conceptuales. Dicho artículo, firmado por Álvaro Benito, técnico de las secciones inferiores del Real Madrid, fue publicado en As el día 19 de julio de 2018: “Nos deja grandes reflexiones y nos abre numerosos interrogantes acerca del lugar hacia donde se dirige el juego del fútbol… Cualquier fórmula bien desempeñada por un colectivo convencido de lo que hace te puede llevar a ganar… Mientras tanto bueno será paladear el libro “De pies a cabeza”, de Agustín J. Valle/Juan Manuel Sodo y otros: “El gol es parte del juego, de hecho, el gol es el juego en sí mismo. No podemos pensar en que todo lo que pasa antes de que la pelota cruce la línea del arco es fútbol y el gol es simplemente la resultante de todo ello. No. El gol es un punto de inflexión en el juego, sí, pero también lo es una tarjeta roja, un saque del medio y un cambio de jugadores. En suma, el gol es el fútbol en retrospectiva”. 

Y Álvaro Benito siguió precisando: ”Ha sido el triunfo de la implicación colectiva sin el balón, donde los delanteros defienden con la misma concentración, pasión y agresividad que los centrales. El triunfo de cerrar los pasillos interiores como premisa y obligar al rival a poner centros en posiciones incómodas desde los costados para, después, realizar una defensa del área brutal. También ha sido el triunfo de selecciones con futbolistas muy difíciles de superar en el duelo individual, poderosos, con grandes conceptos defensivos. Han sido muy pocos los elegidos, Hazard, Mbappé… los que han podido crear desequilibrio en acciones individuales. El triunfo de saber atacar los espacios con maestría tras recuperar el balón, Francia y Bélgica… y el triunfo de las acciones a balón parado… Acciones cada vez más importantes viendo lo igualado que está todo en el desarrollo del propio juego. ¿Hacia donde camina el fútbol?... Mi opinión es que camina hacia equipos y futbolistas cada vez más completos, capaces de manejar todos los registros, de jugar diferentes tipos de partidos dentro del mismo. Con capacidad para dominar, someter, encontrar al hombre libre y soluciones si el oponente se repliega. También preparados para descansar en bloque medio y/o bajo en fases del encuentro, sabiendo hacia donde quieres llevar al rival en su ataque, dónde quieres recuperar y atacar los espacios que deje. Sabiendo defender el área a la perfección si por momentos estás sometido…”

En “De pies a cabeza”, pudimos también leer: “El goleador es un tipo valiente por naturaleza o por elección. Quiere eso, quedar cara a cara con su destino, toda vez que ello sea posible y más aún cuando las papas quemen. Esa es la verdadera situación de peligro. Si errás el tiro, salís herido de muerte. Te van a putear de acá a la China.” Seguramente Alvaro Benito se apuntaría a estas opiniones, pero ultima su análisis del “Mundial Rusia 2018”: “Seguramente no tardarán en volver a aparecer, ser fomentados, anhelados y muy valorados, los futbolistas con el don para el regate y el desequilibrio, los únicos capacitados para romper estos entramados colectivos tan fuertes y tan bien organizados. Ya que el fútbol nunca es inmóvil, siempre evoluciona, encuentra soluciones y aparecen nuevas formas de interpretarlo, de jugar y de GANAR”. Gabriel Pinto y José Ignacio Zubizarreta, profesores, demostraron lo del “mecanismo simple del botijo”. Y han logrado explicar por qué se enfría el agua contenida en recipientes cerámicos gracias al efecto térmico que se produce al evaporarse a través de sus poros, “es el mismo proceso físico que se produce con la sudoración en nuestro cuerpo, que aparte de eliminar toxinas sirve para refrescarnos”. Y sin dar nada por sentado, buscaron si había algún estudio al respecto que explicara todo aquello. Con el mismo estado de ánimo que yo he buscado nuevas soluciones al fútbol, la cuestión principal es que todo el proceso de investigación sobre el botijo precisó de diversos conocimientos y la compaginación de todos ellos. Al parecer, “las matemáticas que se requieren para resolver estas ecuaciones son bastante avanzadas y se enseñan en los últimos cursos de Ingeniería”. Dichas conclusiones fueron publicados en la revista estadounidense “Chemical Engineering Education”, en 1995. Por tanto, hasta la simplicidad del mecanismo de un botijo necesita de fórmulas que resuelvan la teoría… Si nos fijamos, se producen debates sobre el conocimiento del fútbol en los medios de comunicación y descubrimos que unos conocen mucho los datos de futbolistas, de fechas y cifras de los campeonatos diversos, de las tácticas y sus múltiples dibujos, de jugadores que cubren los estándares globalmente aceptados y otros que no se acercan siquiera, pero son los titulares de un determinado puesto, etcétera. Pero, ¿qué es saber de fútbol?

Por tanto, finalizado este excelso Torneo que nos dejó muestras evidentes de buen fútbol y tendencias a las que tenemos que hacer caso para el futuro y evolución del mismo, convendremos que el fútbol es complejo, pero sencillo a la vez; complicado de entender sus claves pero al fin y al cabo transparente; nunca definitivo porque las fórmulas que una vez ganaron no valen para un futuro muy largo como ya le ocurrió a España después del 2010 o a la misma Alemania después que ganase el Mundial de 2014. Así que para los amigos de lo simple, yo les aseguro una vez más que el fútbol es una pugna indescifrable que debemos interpretar cada vez que un partido de fútbol se celebra, porque nadie tiene la verdad absoluta por más que tenga fórmulas que dan sus frutos y jugadores que una vez rindieron y, de pronto, dejan de rendir como es preceptivo en la naturaleza humana. Y las personas son complejas “como la ciencia implícita de un botijo y sus funcionalidades”…

Salamanca, 28 de julio de 2018.