Odiosas, o gozosas, modernidades del fútbol. 1/6.

14.10.2016 10:09 de  MAROGAR .   ver lecturas

“No te empeñes en ser moderno. Por desgracia, hagas lo que hagas, es la única cosa que no podrás evitar ser”. (Salvador Dalí).

Siempre los mejores entrenadores han tratado de meternos por los ojos todas las bonanzas del fútbol moderno. Resulta que, a la postre, como indicaba el periodista Jean Philippe Rethacker en sus escritos de los años sesenta, también en su libro “El fútbol”, nos deleitó con el “Diálogo entre el fútbol antiguo y el moderno” cuando ambos acaban fusionados como ocurre en toda evolución.

Escribía Juan Tallón un artículo surrealista acerca del fútbol moderno (ElPais.com). “¿Qué puede hacer que un tipo al que no le gusta el fútbol, se sienta de pronto interesado por el fútbol?”, refiriéndose a un jeque o un empresario chino, los nuevos propietarios. “Si un día el equipo se hunde, o el beneficio toca techo, se atusarán el pelo, pensarán que sólo se trataba de un negocio, y se irán a jugar con su dinero a otra parte”. (…)  “Cada vez más sus dueños son individuos que no sienten nada por el club que presiden. Cuando no sea rentable, nada los unirá a ellos. Menos que nada, una emoción, tan perjudicial para los negocios. No son de ese equipo, simplemente poseen su propiedad. Aprecian su valor comercial, pero ignoran qué es conmoverse por algo que sucede dentro del campo, durante el juego, y que remite a los afectos. Estos son lo único que sobrevive desde que se inventó este deporte, y lo que está en peligro desde que se convirtió en eso que llamamos odiosamente fútbol moderno, y la publicidad, las televisiones y los especuladores tomaron el control”. Pues no, no es de fútbol jugado de lo que nos habla Tallón sino de “fútbol-inversión”, enriquecido con dólares y no con espíritu futbolístico. Pero esta es una realidad del fútbol moderno y nos debemos acostumbrar para el futuro.

Decía Ancelotti, ahora entrenando al Bayern de Münich, que se encontraba muy a gusto en este club por cuanto sus directivos son gente que jugaron al fútbol y entienden perfectamente los mecanismos deportivos. En realidad criticaba a Florentino Pérez cuando ejercía de “secretario técnico” en sus ratos libres y no dejaba opinar a los que sí saben de fútbol. Sus declaraciones en “goal.com” (Un maravilloso ejemplo de tolerancia) también contemplan el “legado de Guardiola…: “El equipo tiene mucho conocimiento del fútbol y una calidad fantástica. Pienso que la reforzaron con Guardiola. Las bases eran tan buenas que no quise cambiarlas. Cada entrenador tiene su propia idea de fútbol y traté de implementar la mía sin hacer una revolución”. Admiro cada vez más a este entrenador por su transparencia y bonhomía con sus compañeros de profesión. Dijo Cristiano Ronaldo sobre Ancelotti que era como un gran oso… “Es mi carácter. Soy tranquilo. Pienso que nunca he enfadado a la gente alrededor de mí. Mi padre, mi primer profesor y mi primer entrenador eran tranquilos. No sé si este carácter es bueno para ser entrenador, pero tengo que desplegarlo. Tengo que ser honesto con los jugadores y el club”. (…) “Prefiero no hablar a los jugadores cuando lo estoy (cabreado), sino esperar al día siguiente cuando todos estamos más tranquilos”. Al respecto de la disciplina en sus equipos concreta: "¿Más libertad? No. Los jugadores tienen el plan para el partido, la táctica y organización. Quiero un equipo en el campo, no once jugadores. Tienes que dar espacio a la creatividad de los jugadores, pero aún así tienen que seguir unas normas".

Mientras tanto, Luis Enrique en el Barcelona y Unai Emery en el PSG, buscan “topos” dentro de su vestuario, alguien no aprendió que el secreto profesional no es exclusivo de confesores o empleados bancarios. Sin duda, un chivato, un alcahuete en un grupo solidario dará al traste con el espíritu de equipo contaminando con la desconfianza a todo el colectivo. Veneno de siempre, modernidades de tener amigos periodistas ávidos de noticias extras…

Salamanca, 14 de octubre de 2016.