¿Se conversa, o se pontifica, de fútbol...?

14.04.2017 10:43 de  MAROGAR .   ver lecturas

“Sin conversación cara a cara perdemos lo que nos diferencia de otras especies: la humanidad”.

Un artículo de Isabel F. Lantigua, que no se refiere a asuntos de fútbol, puede orientarnos sobre aspectos razonables en el entendimiento del juego. Allí leí que Sherry Turkle, profesora del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusets), aportaba en su investigación acerca de las relaciones entre el hombre y la tecnología: “La tecnología ha hecho que estemos experimentando una huida de la conversación cara a cara”, es una consecuencia negativa. Lo mismo que ya he constatado por cuanto cada vez es más complejo mantener conversaciones tranquilas de fútbol sin que salga el veneno del partidismo, con incomprensiones e insultos inaceptables. “La conversación es la base de la democracia y los negocios, sustenta la empatía y es básica para la amistad, el amor, el aprendizaje y la productividad”. Quizás el anonimato de las redes sociales lleve a un partidismo arrogante, descalificante para los que no piensan igual. Tras entrevistar durante cinco años a cientos de personas en el ámbito laboral, familiar y educativo y después de reflexionar sobre sus propias experiencias y de revisar estudios sobre el asunto, Sherry Turkle concluyó sobre “el riesgo que corremos al perder la capacidad de hablar a la cara, al eliminar el contacto visual, al negarnos la espontaneidad en una charla en persona”.

Ya se especula con una “crisis de empatía” porque, entre otras cosas, “hemos sacrificado la conversación por la mera conexión”. Y, además, se esconde una dolorosa realidad: “La sensación de que nadie nos escucha”. Igual que se llega a otra triste conclusión: “No soportamos estar a solas”. Incluso se asevera que “no podemos limitarnos a reaccionar sin más, a tuitear sin más, necesitamos pensar las cosas con calma, Reflexionar las consecuencias. Hablar con uno para poder hablar luego con los demás”. Durante el partido Bayern de Münich-Real Madrid reflexionaba en “Twitter”: “El Bayer, sin Lewandosky, es el mejor equipo posible con Robben y Ribery…”. Un “tuitero” que me responde en bastantes ocasiones contestó: “Son unos jubilados ya”. Sin faltarle cierta razón, tanto Robben como Ribery pasan de los 33 años pero, según su anterior entrenador Guardiola los echó mucho de menos por diversas lesiones. Consideré oportuno ampliar mi anterior comentario ante la reflexión recibida:  “¿? Ribery 30 partidos+5 goles+11 asistencias; Robben 28 partidos+12 goles. Todavía aportan”. Sin duda, son dos ilustres veteranos que conservan una clase insuperable y aún rinden a satisfacción. Siendo yo un jubilado que debate mucho sobre fútbol, no lo puedo remediar, opino que la veteranía es un grado.

“Recuperar la conversación empieza por recuperar nuestra atención”, explica Turkle, “las primeras generaciones de niños que crecieron con teléfonos inteligentes no saben cómo entablar una conversación ni se sienten cómodos cuando lo hacen, les provoca ansiedad”. De hecho, los estudios citados demuestran que quienes pasan mucho tiempo conectados tienen menor capacidad para identificar sentimientos. Son menos empáticos y menos creativos”. Otro ilustre jubilado, el músico británico Mike Oldfield, publicó su decimoquinto disco de estudio, “Return to Ommadawn”: “Aunque llevo tantos años, a veces no sé qué escribir. Aún así trabajo de todas formas y produzco lo que sea. Siempre estoy tratando de crear. Funciono como un animal detrás de su presa. A veces casi hasta puedo olerla”. Y eso con 63 años de edad. “Nunca fui a una academia de música. No creo que se necesite ir a la escuela para aprender nada. Si de verdad quieres aprender algo, busca la información. Lo único de lo que tienes que estar seguro de aprender es el proceso del mismo aprendizaje. El ser humano es una criatura muy inteligente. Aprendemos mediante la experiencia. No hay otra forma. Aprendí yo solo con un libro de fundamentos de composición… Soy como alguien que trabaja en un laboratorio y crea fórmulas y experimenta”. Volviendo a lo de la jubilación: “He estado toda mi vida haciendo música. Todo el tiempo. Ahora quiero silencio. Otros sonidos. Quiero sentarme en una silla y escuchar el oleaje, el viento, las hojas, los animales…” (…) “Estoy continuamente trabajando en nuevos proyectos. Soy feliz aquí”.

Firmaba el periodista José Samano estas otras reflexiones oportunas y profundas: “El fútbol asiste hoy a una inquietante alienación, su valor simbólico ha dado paso único al valor económico, con lo que ello supone para esta suerte de religión laica que subrayaba Manolo Vázquez Montalbán. Obnubilado por la voracidad de su propia elefantiasis ha dejado de ser, en buena medida, la gran reserva del paisanaje, la integración de un pueblo a partir del sentido de pertenencia a un equipo. Al hincha ya no se le trata como una referencia esencial, como una correa de transmisión empática, sino como mero consumidor de un espectáculo para mirar… Fútbol de diseño, gominas y camerinos de marcas de ropa deportiva que priorizan el negocio sin importar la hora, el calendario o un vendaval gallego. El aficionado ha quedado reducido a un figurante en un parque temático que le supera. En muchos casos, ni siquiera le queda ya el consuelo de pagar su berrinche con una pañolada al alto mando, refugiado en sus palacios emires a miles de kilómetros”. (…) “En estos tiempos de ludopatía futbolera, mayoritariamente la única identificación posible es con los resultados. Como el juego no se puede comprar, por muy fundamentalista financiero que se sea, si no llegan los éxitos no hay agarraderas… brota el desconcierto… Sin triunfos no solo se ahonda en los batiburrillos deportivos, sino en la endeblez de los atributos sentimentales hacia un club…” (…) “Y en esta industria nada beneficia más que el alma y la pasión”. (…) “Sería absurdo y quijotesco poner cerraduras al capital, pero nada sería más ruinoso – y casi necrológico – para el fútbol que se siga marchitando la conexión entre hinchas y clubes. Sin esos latidos ya no habrá remedio” (…) “Recuerden a Nelson Rodrigues, periodista y dramaturgo brasileño: “Ay de un club que no cultiva santas nostalgias…” ¿Estaremos en el camino correcto...?

Salamanca, 14. abril de 2017.