Postulado de Kipling

25.11.2020 00:00 de MAROGAR .   ver lecturas

“Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso, y tratar a esos dos impostores de igual manera…”(Kipling).

            Me gusta el fútbol. Y me disgustan las críticas sobre las personas protagonistas del hecho deportivo. En la actualidad, Zinedine Zidane como entrenador del Real Madrid ganó la pasada Liga de fútbol española 2019/20 después de un calendario asimétrico que se adaptó a los problemas inherentes a una pandemia universal como la del “Covid19”. Faltando 11 partidos para el final de la Liga, se configuró una competición adaptada en la que era líder en ese momento el Barcelona, pero acabó ganando el Real Madrid. Finalmente, ganaron los blancos con un equipo “desahuciado” en la temporada anterior, muy criticado y sin valorar para nada su potencial, más bien según muchos aficionados y periodistas aquel equipo había que “jubilarlo” prácticamente en su totalidad. Sin embargo, su entrenador tuvo arrestos para soportar las críticas y configurar una plantilla que resultó ganadora contra corriente, con una visión que solo tuvo él.

           Esta Liga 2020/21 arrancó con los condicionantes de la pasada y, transcurridos tan solo 10 partidos, tanto el Barcelona como Real Madrid están siendo irregulares en sus enfrentamientos. Lógicamente, tales equipos citados no ocupan las primeras posiciones. Lo más sorprendente, en lo que se refiere a Zinedine Zidane, son las dudas que se vierten tanto por sus conocimientos como por su gestión permanente de la plantilla.  Cuando leo “twitter”, incluso percibo una agresividad desmesurada en la crítica con razones poco convincentes, al parecer cualquier petimetre en la materia puede cuestionar la titularidad de un jugador en favor de otro sin ninguna fuente de información superior a la del entrenador. Para mí, se trata de hacer de menos a un futbolista privilegiado y a un entrenador que consiguió varias “Champions League” en un periodo muy corto de tiempo. Todo ello, todo ese bagaje, toda esa trayectoria trascendente, de pronto puede cuestionarla un señor que en 140 caracteres “tuiteros” vierte opiniones a vuelapluma. 

            El día 23 de noviembre, en “La Sexta”, en el apartado de noticias deportivas, salía Messi en su coche del lugar de entrenamiento en Barcelona. Se dijo que no estará citado por Koeman para la próxima confrontación de “Champions”, añadiendo el entrenador que tanto Messi como el holandés Frankie de Jong necesitan descanso, además el equipo ya tiene bastantes puntos acumulados. Durante el trayecto recorrido en coche, se oía al fondo una expresión, a voces, de un aficionado dirigida a Messi: “’¡Messi, hay que espabilar, eh…!” No dejó de parecerme una falta de respeto a un futbolista impecable en su trayectoria, precisamente en un momento que está necesitando apoyos externos por un estado anímico dificultoso.

           Estos días cayó en mis manos el libro “Teoría optimista del fracaso. Un relato sobre el arte de tropezar”, de Ignasi Giró. Tendré que leerlo y releerlo porque trata un tema muy analizado por mí y que serviría como un manual de comportamientos para todo el entorno del fútbol, aficionados, periodistas, futbolistas y entrenadores. Por supuesto, para directivos que sólo saben cortar cabezas y presumir de su capital. “Toda la teoría tiene sus axiomas, postulados, teoremas y principios… Tanto los axiomas como los postulados son considerados verdades esenciales, certezas absolutas que no requieren de demostración. Luego están los teoremas, que si necesitan de una comprobación. Finalmente, nacen los principios, que cuando han sido demostrados adquieren carácter de ley”. 

           (…) “Inspirado en dos míticos versos del poema “If”, de Rudyard Kipling (Quede aclarado en el acto que éste fue un mal aficionado al fútbol), quedaron grabados en mi memoria… Me ha llevado más de treinta años (comprenderlos) en profundidad, con sus extensas raíces y múltiples derivadas”. (…) “Si puedes encontrarte con el triunfo y el fracaso, y tratar a esos dos impostores de igual manera…” En Barcelona, en una noche de marzo del año 2019, me dispongo a convertirlos en el primer e indiscutible postulado de esta recién estrenada teoría: “Los triunfos son mentira. Los fracasos son mentira. No existen. Son una trampa. Los triunfos y los fracasos son ficción”.  Realmente no sé cómo podríamos incorporar este postulado al nuevo corazón del fútbol, al menos para relativizar aspectos que, hasta hoy, son tan trascendentes para muchos. 

           25.noviembre.2020.