Decálogo de fortaleza mental

10.10.2021 23:32 de  MAROGAR .   ver lecturas

“Aunque nadie puede volver atrás y hacer un nuevo comienzo… Cualquiera puede empezar de nuevo y hacer un nuevo final”. (w.luisgalindo.com)

            Los aficionados, a sus equipos, siempre les aconsejan que luchen, que trabajen, que se esfuercen y todo su empeño es que se muestren físicamente muy intensos. De hecho, la figura del preparador físico es muy apreciada, para lo bueno y para lo malo. Porque, se está dando la circunstancia, en los últimos tiempos, que el exceso de lesiones en los equipos se atribuye a una mala preparación física y se responsabiliza al profesional del ramo con demasiada facilidad, sin muchos fundamentos y poca reflexión. Pero el cabeza de turco enseguida se asigna.

            Y el énfasis en lo físico no contempla una faceta paralela y proverbial como debiera ser el entrenamiento mental. La gran cuestión es que todos hablan de esas “brujerías” pero nadie sabe a quien asignarle esa labor fundamental. ¿A la directiva? ¿Al entrenador? ¿Al médico? ¿Al utillero? ¿A la prensa? ¿Al masajista? A todos los que queramos mencionar, pero no existe una figura especializada en los equipos para reforzar esta faceta tan fundamental.

Tomo nota del artículo de Mónica Pascual, AS del 26. julio.2021: “Gana quien, además, supera s sus rivales en una alta capacidad que además de valiosa es “entrenable”. Porque sí, la fortaleza mental también se entena…” Y aporta una excelente definición: “La fortaleza mental en el deporte es la capacidad de observar y gestionar tus pensamientos, emociones y acciones, para entregar lo mejor de ti y hacer tu mejor juego, en cualquier situación, independientemente del resultado”.

            Por eso me gustó este “Decálogo de fortaleza mental”, al fin y al cabo, un auténtico “Manifiesto” para la obtención del mejor rendimiento, superando con ello el dañino tratamiento que se hace del deporte cuando, por ejemplo, en fútbol solo se habla de fichas multimillonarias como si solo el dinero fuera el único facto motivacional:

1.- “No pienses en marcas y céntrate en objetivos”.

2.- “Cambia el sufrimiento por la motivación”.

3.- "Convierte el miedo en coraje y valentía".

4.- "Dale a los errores el valor que merecen: aprender de ellos es clave para mejorar".

5.- "Concéntrate en tu resiliencia para recuperarte rápidamente y centrarte en el presente".

6.- "Visualiza cada paso en tu cabeza como si pudieras vivir el proceso".

7.- "Encuentra la manera de aislarte del ruido y la presión extra deportiva".

8.- "Mantén un diálogo interno en positivo, huye del fustigamiento y la flagelación".

9.- "Valora todo lo que has conseguido".

10.- "Mantente cerca de los tuyos. No solo de fortaleza mental se nutre el deportista".

            Por supuesto que cada uno de ellos necesita de amplias precisiones, de interiorizaciones, de vivencias y experiencia, cerrándolo todo con un grado importante de confianza. Y quizás, todo se pueda circunscribir en la esencia del pensamiento: “Un pájaro en un árbol nunca tiene miedo de que las ramas se rompan porque su confianza no está en la rama sino en sus alas. ¡Cree siempre en ti!”

           En la “Olimpiada de Tokyo” la gimnasta Simone Biles alzó la voz para denunciar su circunstancial “debilidad mental”. Hasta ahí todos la consideraban infalible, una mujer que en su especialidad siempre conseguía “dieces”, “entró en crisis mental” y claudicó en su rendimiento, su crisis personal se llevaba gestando interiormente hace ya mucho tiempo. 

          Una competidora como Sunisa Lee: “Simone es tan buena que las demás sólo podemos aspirar a quedar segundas tras ella en el completo”. Y le preguntaron: “¿Por qué realizas esas figuras tan tremendamente difíciles de lograr si no obtienes ninguna gratificación por ellas?”. Su respuesta fue tajante: “¡Porque puedo!”. Pero los problemas surgieron y, ante los problemas surgidos en la competición, la entrenadora Cecile Landi aconsejó a Simone Biles: “Ir de vacaciones… relajarse”. 

          O sea, las medallas quedaron en un segundo plano, el desencadenante de esta “crisis mental” requirió una gestión especial con ayudas externas y sin presiones fuera de lugar. Hasta los más fuertes pueden caer en falta de rendimiento y nadie puede hacerse el erudito: “Falta de actitud”. ¿Por qué no se analizan las cuestiones de fondo antes de diagnosticar en falso?

           10.octubre.2021.