Fútbol descalzo.

12.12.2022 00:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

“Una vez lloré porque no tenía zapatos para jugar fútbol, pero un día, conocí a un hombre que no tenía pies”. (Zinedine Zidane).

           El fútbol genera historias bellas e insólitas. Un excelente especialista, Luciano Wernicke, nos deleita con sorprendentes y bellas de por sí, noticias poco fáciles de obtener. Indagando, pude saber también que se ha preocupado de escribir diversos libros con títulos sugestivos: “Historias insólitas de los Mundiales de fútbol”; “Por que el fútbol se juega 11 contra 11”; “Gotas de fútbol”; “Diego desde adentro”, “Goles oscuros”, etcétera.  Publicados en su mayoría a nivel internacional.

            Una historia interesante, llamativa, de una gran belleza simbólica, me llamó preferentemente la atención: “Los futbolistas descalzos”: “El encuentro de fútbol que el 31 de julio de 1948 (Yo no había nacido - 1.09.1948.-) protagonizaron Francia e India en el Lynn Road Stadium, por el torneo olímpico de Londres, bien puede incluirse en la galería de los partidos más extraños de la historia. India, que nunca había intervenido en una competición internacional fuera de Asia, presentó un equipo con todos sus jugadores descalzos. Esto, en realidad, no debió ser aceptado por el referí sueco Gunnar Dahlner, porque se trata de una incorrección reglamentaria referida a la vestimenta de los futbolistas, por el peligro que representa para los pies descubiertos”. Ello me recuerda aspectos que ya escribí en mi segundo libro de “Apología del fútbol” en mis correrías con los niños residentes del Reformatorio de Tejares (Salamanca), cuando manejaban magistralmente la bola de badana con unas exiguas zapatillas de caucho.

            Por eso insisto tanto en la belleza del juego, porque en este caso fluyen recuerdos imborrables de mi niñez, lo que embellece mis sueños y procuro no dejarme apoderar por la triste nostalgia: “Sin embargo, el partido se jugó y, contra lo que podría creerse una seria desventaja, por agarre y mayor potencia en el remate, la falta de calzado no se notó en el trámite del match. Los franceses, bien plantados en sus botines, más experimentados y con una extensa e intensa historia futbolera, tuvieron que luchar muy duro frente al desconocido e impetuoso equipo rival… pero los indios no se rindieron e igualaron el tanteador a los setenta con un golazo de Sarangapari Dhanraj Raman. A solamente cinco minutos del final, el referí sueco Gunnar Dahlner cobró un penal para los asiáticos por una fuerte falta dentro del área. La ejecución estuvo a cargo del defensor Sailendra Nath Maná, quien sacó un violento disparo que salió desviado, lejos del arco que defendía Guy Rouxel”. Todavía me acuerdo aquellos niños del Reformatorio que cuando golpeaban con aquellos pies casi desnudos y como “restallaban” los golpes secos al balón.

            "Recuperados del susto y de lo que pudo ser un gran papelón, los europeos retomaron el control de la pelota y a los 89 sentenciaron el duelo gracias a un acertado remate de André Strape. Entusiasmado por su sorprendente actuación olímpica, el seleccionado asiático se inscribió para participar en el Mundial de Brasil 1950. El sorteo lo ubicó en el grupo 3 junto a Suecia, Paraguay e Italia, pero como la FIFA, que había tomado nota de la irregularidad ocurrida en Inglaterra, se puso firme y prohibió a los indios actuar descalzos, a último momento el equipo decidió no viajar a Sudamérica. Fieles a la cultura adquirida en las calles de Nueva Delhi y Bombay, los muchachos prefirieron quedarse en casa a que se pisotee su tradición”.

           Bellísimo relato de fútbol. Por ahí estaba perdido en la memoria de algunos pero Wernicke lo escribe con el máximo rigor histórico. Una gran satisfacción vivir también de buenos y bellos recuerdos.