Las incongruencias razonables del fútbol. 1 de 2.

16.02.2015 20:13 de  MAROGAR .   ver lecturas

“Yo soy como soy y tú eres como eres, construyamos un mundo donde yo pueda ser sin dejar de ser yo, donde tú puedas ser sin dejar de ser tú, y donde ni yo ni tú obliguemos al otro a ser como yo o como tú”. (Ludwig Wittgenstein).

Mi estilo particular de dirección en el fútbol (Y lógicamente en el plano profesional) fue de “laissez faire” (dejar hacer). Y con ese estilo se puede dirigir en circunstancias complejas también, tanto en victorias como en derrotas, con beneplácito y con críticas… Dando mucha información a los tuyos, formándolos, convenciéndolos, se consiguen muchos aliados con los que puedes dialogar con franqueza, incluso exigirles en momentos más coercitivos. En ocasiones, ese estilo de dirección provoca dudas en los “superiores” porque llegan a pensar que la gente va a ir por libre, lo tachan de “permisivo” en exceso, vislumbran que solo se practica el “buenismo” que resulta perjudicial para la consecución de objetivos. Pero no, esa confusión da lugar a veces a que te echen en cara aquello de que “¡Tú eres demasiado bueno con la gente…!” De la misma manera, nunca fui amigo ni del palo ni de la zanahoria… Eso sí, siempre persistente en la visión de que los futbolistas aprendieran fútbol, sobre todo, además de comportarse como personas nobles y entregadas. Y efectivamente ese estilo de dirección es peligroso para que lo ejerza quien no cree en él y su personalidad, su carácter, no están entrenados para ello…

Cualquier encuesta que hiciéramos al respecto, los aficionados prefieren a ese entrenador “dirigista”, que aparenta, que se vuelve loco a dar voces, que parece que está en todo, que dirige con aspavientos, que protesta al árbitro, que le da voces a todos sus futbolistas en cualquier situación… Ese estilo, para mí, es estridente y no responde a la eficiencia que desde fuera se le reconoce. Alguien que gestiona con esos nervios no mantiene claridad de ideas, los jugadores se apabullan porque reciben instrucciones contradictorias a veces en cuestión de segundos. Si eres coercitivo te reconocen “autoridad”; si eres tranquilo, es que “no tienes sangre”… Del Bosque, Ancelotti, Pellegrini, el mismo Mourinho es tranquilo en la dirección al margen de otras consideraciones anecdóticas…

Desde luego que los entrenadores también corren serios peligros en su gestión si dan demasiada información a los jugadores, con ello se necesita mayor tiempo de asimilación. Van Gaal hace unos días decía lo mismo respecto a su Manchester United: “Mi equipo rendirá a partir del segundo año, en la primera temporada les doy mucha información que no asimilan pronto”. Hay entrenadores que aseguran: “Yo ya les dije cómo deberían jugar…” Y se quedan tan panchos… Es una manera muy cómoda de apartarse de la responsabilidad de ejercer un “coaching” efectivo… Eso sí, se pasó 90 minutos del partido gesticulando, voceando, pareciendo que informa y forma, él con eso ya cumple lo que no hizo en los entrenamientos… Por eso digo que muchos entrenadores no ejercen una dirección moderna…

En todo caso, ni el mejor entrenador, ni el mejor estilo de dirección, garantiza resultados seguros. Entre otras cosas porque siempre habrá otros equipos dispuestos a superarte. Incluso, haciéndolo bien, un equipo puede irse al “garete”… El actual campeón de Liga, Atlético de Madrid,  temporada 1999/2000, con Claudio Ranieri de entrenador, compitieron con la siguiente plantilla: Carlos Aguilera, Ayala, Bejbl, Rubio, Baraja, Chamot, Pablo García, Capdevila, Correa, Gamarra, Gaspar, Juanma, Pepe Domingo, Marcos Márquez, Gustavo, Hasselbaink, Hugo Leal, José Mari, Kiko, Lardín, López, Luque, Molina, Mena, Njegus, Pilipauskas, Paunovic, Roberto, Santi, Solari, Toni, Toni Giménez, Venturin y Valerón. Sin duda, una excelente plantilla. El 22 de diciembre de 1999, Manuel García Castellón, juez de la Audiencia Nacional, decretó la destitución del presidente del At. Madrid, Jesús Gil, y de todo el Consejo de Administración de la entidad, y la intervención, el embargo y el secuestro de las acciones del Club Atlético de Madrid Sociedad Anónima Deportiva. Además, el citado juez nombró a Luis Manuel Rubí como administrador judicial del club con plenos poderes hasta el 31 de marzo de 2000 para llevar la gestión de la entidad mientras se investigaban los supuestos delitos de estafa, apropiación indebida, falsedad en documento público y mercantil y delitos societarios, que la Fiscalía Anticorrupción cifraba en 9.427 millones de pesetas. Aquella noche, el At. Madrid goleó por 5-0 al Oviedo. El Atlético estaba un punto por encima de los puestos de descenso. Pero el Club se convirtió en un auténtico desbarajuste…

A falta de doce encuentros, el Atlético estaba sólo a un punto del descenso. Fue despedido el entrenador Ranieri y llegó Antic con el que el equipo sumó dos puntos en cinco partidos… A falta de tres encuentros, el conjunto colchonero debía ganar los tres partidos y esperar los pinchazos de Betis, Numancia y Oviedo. El 7 de mayo de 2000, el Atlético de Madrid descendió a Segunda División al empatar a dos tantos contra el Oviedo en el Estadio Carlos Tartiere en la penúltima jornada. Días después, Antic fue destituido, y el Atlético acabó con 38 puntos, en el puesto 19º, sólo por encima del Sevilla con 28 puntos y Betis con 42. Se salvaron Numancia y Oviedo con 45 puntos… Esta pequeña reseña histórica servirá para clarificar lo que puede llegar a ocurrir en el fútbol cuando se pierde el control…

La semana pasada reseñé que el Atlético de Madrid, después de ganar al Real Madrid por cuatro goles a cero, me pareció uno de los equipos más completos que yo pude observar de los atléticos. Sólidos, cooperativos, arriba y abajo en bloque, actitud de querer ganar en todo momento, sin especulaciones tácticas, un auténtico equipo del máximo nivel que pudo ponerse a cuatro puntos del Real Madrid. Esta semana del 15 de febrero, el Atlético se enfrentó al Celta de Vigo y perdió por dos goles a cero. Un equipo perdido sobre todo en la primera parte, desequilibrado, fallón, individualista… Pero, como siempre, las dudas son evidentes… ¿Cómo en una semana un equipo de fútbol puede evolucionar de esta manera tan acusada…? ¿A quién le imputamos esos cambios negativos, al bloque, a los jugadores por individual, al entrenador…? Sinceramente, a mí me pareció que el Celta de Vigo jugó un partido extraordinario, futbolistas combinando mucho tiempo del partido, asociándose de manera permanente, no perdiendo balones, llegando muchas veces a portería contraria, goleando por dos veces a un Atlético de Madrid muy despistado y sin soluciones… Otra vez a siete puntos del Real Madrid y seis del Barcelona. Un paso atrás cuando parecía que Simeone era un ganador nato… Y, en sus declaraciones postpartido, reconoció haberse equivocado en la alineación y en el planteamiento inicial con un dibujo en 1.4.3.3., que intentó recomponer pero no pudo recuperar todo lo perdido en la primera parte…

Es todo un ejemplo de esas “incongruencias razonables” que el fútbol te puede ofrecer y no sirve “querer buscar culpables”… Ya digo, a mi me pareció que el Celta de Vigo resolvió con un nivel futbolístico importante, al que tendemos a olvidarnos…

Salamanca, 16 de febrero de 2015.