Oír, ver y no callar... en el fútbol.

06.12.2015 00:07 de  MAROGAR .   ver lecturas

“No lo hagas, si no conviene; no lo digas si no es verdad”. (Marco Aurelio).

En la rueda de “La Opinática” del fútbol hay una serie de engranajes que hacen funcionar  la maquinaria informativa o formativa. Dicen que en la vida normal lo mejor es “oír, ver y callar”, pero en el fútbol la llama del espectáculo recomienda “decir”, “no callar”, “escribir”, “comentar”, “propagar”. “contar” aquello que se observó, de bueno o de malo y sobre todo con sucesos que es lo que vende más... Esa actitud puede ser propia, o impropia, ya sean los que así actúan, jugadores, entrenadores, directivos, aficionados, medios de comunicación… Claro que, otras veces, se podríaatender al dicho de Noel Clarasó: “A veces más vale callar y pasar por tonto, que abrir la boca y demostrarlo”.

En el libro “La fórmula del talento y MAHLER”, Luis Conde escribió: “Lo mejor de la música no está en las notas; son los músicos y el público quienes tienen que interpretar su significado. Las notas son la más fiel expresión de los sentimientos de los músicos”. En el fútbol llegamos a creernos que la esencia son las jugadas más o menos estéticas y, por supuesto, los goles. Y se nos olvida que el juego depende de las personas, jugadores y entrenadores, sin ellos no existiría el fútbol. Porque las jugadas nunca están trazadas de antemano, aunque  son la expresión libre de la creatividad, de la intuición, del sentido innovador de cada protagonista… Y, al contrario, cuando se falla nunca el jugador lo hará de manera premeditada, aunque fuera solo por pudor…  Por tanto, los profesionales del fútbol recorren otros caminos que los aficionados, fundamentalmente porque al final de todas las teorías los futbolistas tienen que “hacer”, “ejecutar”, llevar a buen término cualquier pensamiento futbolístico, mientras que los hinchas con opinar a su aire les basta… Cualquier ideación debe llevarse a la práctica con la máxima perfección pero “hacer” es siempre más difícil que especular soluciones…

“No encontrarás nunca la forma correcta de hacer algo incorrecto”, reza un dicho anónimo. Igual que: “Todo lo que merece ser hecho, merece también ser bien hecho”. Sin duda, Henry de Montherland apuntó: “Si no hiciéramos las cosas con pasión, no haríamos nada más”. Incluso, en esta retahíla de reflexiones, un proverbio egipcio nos alienta: “Oír es preciso para el que escucha”. En el fútbol actual solo cuenta la propia versión, se dice mucho y se escucha muy poco, lo justo siquiera para rebatir al otro y no para dejarse convencer. Confucio nos quiere ayudar: “Oír o leer sin reflexionar es una ocupación inútil”. En esta amalgama de pensamientos encontrados, en el fútbol debieran aprender todos los interesados y obrar en consecuencia, aunque el papel de cada cual se afianza cada vez más y evoluciona para peor. Aseguraba Stanislaw Jerzy: “Para hacerse oír, a veces hay que cerrar la boca”. Aunque pudiéramos concluir con esta máxima anónima apabullante: “Oír a todos, creer a pocos”… Y cada loco con su propio tema…

La gran cuestión del fútbol es que para disfrutar, intrínsecamente de él, no deberíamos involucrarnos en vidas ajenas, centrarnos exclusivamente en el hecho deportivo, no nos deberían importar ni las novias, ni las esposas, ni los contratos futbolísticos o publicitarios de los jugadores ni de los entrenadores… “Fútbol es fútbol”, y nada más. El periodismo le añade demasiada guarnición al espectáculo externo, ellos mismos quieren formar parte de esa farándula con exagerado “papanatismo” y aires de infalibilidad. Porque, si no, hay momentos que se viven irrealidades y se caen expectativas que producen frustraciones exageradas. En “23 cosas que te cuentan sobre el capitalismo”, Ha Joon-Chang escribió: “De niño, como a tanta gente, me fascinaban los maestros de Kung-Fu que desafiaban las leyes de la gravedad en las películas de Hong Kong y sospecho que como tantos niños, sufrimos una amarga decepción al enterarme de que en realidad estaban colgados de cuerdas de piano”. Y ese debería ser el estado de ánimo de los que participan en el fútbol, que las realidades sean asumidas y nos dejen disfrutar de lo principal: El fútbol. Químicamente puro… Pero nos siguen engañando como en el cine de efectos especiales sosteniendo la realidad con cuerdas de piano…

Oír, ver, no callar… Reflexionar, idear, hacer, contrastar, volver a hacer, mejorar, evaluar, leer, oír, ver, y mejorar…  hasta la extenuación, vuelta y vuelta.... Todo un proceso práctico de prueba y error, de formación, de compartir experiencias y observaciones…Pero haciendo. Ese estado de ánimo de los deportistas sería lo más sano, sin caer en la tentación de vivir para la galería, sin caer en “postureos” que hoy tanto se lleva… Y mantener el espíritu deportivo, un estado de ánimo fundamental para la mejora permanente. La idea futbolística tendría que grabarse a fuego: “Admira al que lo intenta, aunque fracase” (Séneca). Y que "La Opinática" funcione en el fútbol con el máximo rigor...

Salamanca, 6 de diciembre de 2015.