Sufriendo se puede crear belleza en el fútbol?

10.09.2022 00:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

"Ahora bien: no se puede crear belleza sufriendo. La creatividad en el fútbol va ligada a la experiencia de la diversión… A su vez: para que los jugadores desplieguen su talento, hagan buen fútbol, creen belleza y se diviertan con ello; para todo eso es necesario que el jugador tenga confianza". (Andrés De Francisco).

     "Salir al campo y divertiros", dicen que les decía Johan Cruyff a sus jugadores y de aquel gesto de confianza los suyos rendían muy por encima de sus posibilidades. En realidad, aquella expresión provenía de Menotti y todos los de su escuela: Cappa, Valdano, Juanma Lillo, etc. Y tuvo su continuidad en Pep Guardiola, quién  lo diría cuando vemos en la banda  al entrenador híperconcentrado, hípergesticulante, hipernervioso por una sencilla acción que un jugador suyo no hizo en el partido cuando él la había explicado cientos de veces en el terreno de entrenamiento y, mucho antes, la había interiorizado, memorizado y plasmado en sus ordenadores, los de pantalla líquida y los suyos mentales.

       En realidad, es lo que el fútbol lleva consigo. Para ejecutar tu juego antes debes soñarlo, idearlo tu solo antes de que se convierta en el "yo y mis circunstancias". Por supuesto, al final se presentará el esfuerzo necesario y más cuantitativo que el del contrario que pretende deshacer tu creatividad. Porque las acciones ofensivas y defensivas requieren de una alegria tal que puedas superar los inconvenientes tecnico-tácticos que presentan los colegas del equipo contrario.

       Me gusto este pequeño cuento de fútbol porque algo así me ha pasado a mí cientos de veces, supongo que a muchos aficionados que nos leen, también. "Del fútbol y sus cosas", Reinaldo Bernal Cardenas nos pone en escena: "En el terreno de juego, el joven jugador toma la pelota y avanza hábilmente sin ser detenido. A pocos metros del arco contrario gira en redondo, arroja el cuerpo hacia atrás y, acodando todo su peso sobre la grama, hace con la zurda una hermosa gambeta . El remate elegante, preciso, introduce el balón arañando la escuadra de la portería. El muchacho se incorpora y su corazón, como exigiendo compartir un sorbo efímero de gloria, quiere salirse del pecho. Un grito de "!gol!", que se ahoga en la emoción parece llegar de algún lado a instalarse con fuerza en sus oídos. Dejado el campo se sienta en el banco, jadeante. Mientras sorbe agua de la pequeña botella, y derrama el líquido sobre su cabeza, piensa en el día que pueda repetir la misma jugada con los otros veintiún jugadores en la cancha y las tribunas abarrotadas".

     Ya digo, yo también me he visto incorporado en mi cama, sentado, jadeando después de haber estado en una nube de algodón disfrutando del manejo de balón y practicando un fútbol irreal incluso muy por encima de mis posibilidades. Porque la individualidad que genera para el equipo es una figura que desaparece sino la alentamos como parte de la belleza del fútbol. Pero hay jugadores que todavía se atreven, no me extraña que Xavi Hernandez haya querido recuperar para su equipo a Dembele, un jugador que se cimbrea a derecha o izquierda sin que el defensor detecte si romperá al fin y al cabo, o se licuará.Yo tengo un sistema de medidas para localizar si cubre "mis" premisas previas, muy interiorizadas. Y es que en tiempos insuperables de Maradona me cautivo el término "hamacarse", como aquel gesto del "Pelusa" cuando el balón seguía una trayectoria recta, inamovible, y era el cuerpo del jugador el que ocupaba los espacios a un lado o a otro en función de por qué lado le presionaba el marcador. Y aquella protección permitía el avance elegante, sutil, "hamacandose" con una elasticidad inusual e inaudita. Ya digo, Dembele es una de las mejores individualidades del fútbol español al que pueden imitar otros futbolistas dotados en similar medida.

      Y lo más curioso de este tipo de jugador es que toda su creatividad la muestra sin aspavientos y sin poner "cara de velocidad", de manera muy natural, sin aparente esfuerzo que es lo que más molesta a los entrenadores " marrulleros" patriarcas del juego sacrificado...