“IA”, ¿revolución, ayuda o trampa? 1 de 2.

20.01.2024 00:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

“¿Qué beneficios trae la “Inteligencia Artificial”? La “IA” permite que robots desarrollen tareas repetitivas, rutinarias y de optimización de procesos de una manera automática y sin intervención humana”. (Anónimo)

           Quiero acercarme en esta ocasión a los aspectos de “Inteligencia Artificial”, que me aproximen a futuras mejoras del mundo del fútbol. Todo lo demás, las malas prácticas en otros órdenes, no me interesan.

           Me interesó el programa de “ciencia y tecnología” que promovió Aimar Bretos en “Hora 25” de la SER en febrero de 2023. Quien debatió con especialistas sobre los retos que plantea el “Chat GPT” en la educación. Curiosamente se llegó a una primera conclusión: “La tecnología  creada por humanos empieza a superarnos”. 

         Otra conclusión que a mí me parece interesante es la que sigue:”Chat GTP no es infalible”. Incluso se han diagnosticado otros señalados aspectos: “Han pillado más de un error grave, sobre todo, fallos a nivel matemático”. 

          Así que, perseguir fantasmas y prohibir cosas por si acaso en alguna esquina aparece “Terminator”, entre resplandores y nubes de humo, es una cuestión a la que no queremos, ni debemos, enfrentarnos. Al margen de gustos, más o menos definidos, ninguna intentona de frenar el progreso contaría con nuestro beneplácito. 

          Y para ello insistiremos en la educación, en la información sana y transparente, en la huida de la demagogia fácil. La búsqueda de algoritmos de inteligencia artificial es un buen intento para poder aplicarlo posteriormente al desarrollo de nuestras búsquedas futbolísticas. El mal uso, la falta de ética en las aplicaciones posteriores, esa es una cuestión que no nos apetece interrogar ni obtener ningún beneficio.

           Localicé, casi por casualidad, el pensamiento futbolístico de Esteban Granero, un exfutbolista muy versado en asuntos tecnológicos y que llegó a jugar con el Real Madrid con un rendimiento futbolístico medio, incluso en época de Mourinho: “Cansado de leer y oír en vestuarios, despachos y medios de comunicación sobre estados de forma, rachas, inercias; o sobre fortalezas y debilidades de jugadores y técnicos asociadas a sus virtudes o defectos emocionales, me he preguntado muchas veces por qué, teniéndolo tan presente, es decir, conociendo el problema, no agarramos de una vez la solución”.

           (…) “El cerebro y los procesos mentales siguen siendo los grandes desconocidos de nuestro cuerpo y esta naturaleza ha generado desconfianza sobre quienes han pretendido saberse conocedores y controladores de sus procesos… El papel del psicólogo ha confrontado con dos necesidades básicas del jugador: la de estar en su mejor versión y la de imponerse a sus compañeros. En un mundo donde los otros jugadores del equipo son rivales cada día, la figura centralizadora del psicólogo puede generar desconfianza individual. Pienso que la formación psicológica de jugadores es al menos tan importante como cualquiera de las otras ramas de entrenamiento (técnico, táctico o físico)”.

             (…) “Dentro de un jugador, las capacidades físicas, técnicas, tácticas y psicológicas forman parte de una única unidad de rendimiento y conviven en una relación dinámica. ¿Acaso no hemos sentido todos, no solo los deportistas de élite, cómo la motivación afecta directamente a nuestra capacidad física? ¿Cómo influye la capacidad de concentración en nuestro rendimiento táctico? ¿Cuántas veces hemos oído aquello de “no le sale nada” sobre un jugador, y hemos hablado de “falta de confianza”? Son tres ejemplos del plano psicológico interactuando con el resto en la red de capacidades futbolísticas. Entenderlo así es clave para la implantación definitiva de los especialistas psicológicos en los cuerpos técnicos”.

           El futbolista es persona antes que nada y por tanto es sensible a cualquiera de las situaciones más o menos comunes que pueden afectar a cualquiera en su vida cotidiana familiar… No debemos olvidar que esto ejerce una influencia enorme en el rendimiento y, por tanto, debería ser una necesidad de los clubs que sus jugadores tuvieran recursos de ayuda en la gestión emocional de estas situaciones.

           Empieza a ser una rémora, que públicamente no se había conocido apenas, las crisis mentales de los deportistas en su quehacer diario. Lo más reciente fue lo del español Ricky Rubio en la NBA, una batalla de élite en la era de la ansiedad. Y un motivo de investigación urgente, porque está ocurriendo a jugadores en pleno rendimiento y con buenos contratos vigentes.

         20. enero.2024.