Necesidad de "Becerros de Oro" en el fútbol

05.11.2023 00:00 de  MAROGAR .   ver lecturas

“(Éxodo 32:2-4) Y Aarón les dijo: Apartad los zarcillos de oro que están en las orejas de vuestras mujeres, de vuestros hijos y de vuestras hijas, y traédmelos. Entonces todo el pueblo apartó los zarcillos de oro que tenían en sus orejas, y los trajeron a Aarón; y él los tomó de las manos de ellos, y le dio forma con buril, e hizo de ello un becerro de fundición”.

Esto es muy típico en todas las sociedades, más o menos religiosas, eso sí, en el fútbol “sagrado” es una necesidad perentoria de los medios periodísticos y de las aficiones fetichistas. Si no hay una “figura” señera se crea, se inventa o se compra. Vemos, a diario, como en todos los partidos de fútbol que se celebran, el tipo de juego colectivo desarrollado pocas veces se pondera, sino que el afán desmedido del periodista de turno es destacar la individualidad: “El Mejor fue Menganito”. Y de ahí nadie los apea.

Vemos cómo en cada época hubo siempre una figura singular a destacar y en contraposición de la figura del equipo de enfrente. En el Real Madrid de la época de Di Stéfano hubo que ponderar igualmente a Kubala u otros; si bien los atléticos, o los sevillistas, o los valencianistas, procuraron inventarse su particular “Becerro de Oro”. Por eso, es fácil recordar en distintas épocas a futbolistas como Peiró, Pereira, Leivinha, Cano, Gárate, Torres, Walter, Mario Kempes, Sol, Mendieta, Villa, Butragueño, Hugo Sánchez…

En épocas más recientes, etapas muy fuertes del marketing populista, los Maradona, Cruyff, Zidane, Figo, Beckamp, Ronaldo Nazario, Cristiano Ronaldo, Messi, Iniesta, Xavi Hernández, Schuster, Laudrup, Griezmann, y un largo etcétera. Por supuesto, cuando las carencias aparecen como es el caso actual que en España desaparecieron del panel los eternos Cristiano y Messi; hubo que inventarse “figuras” sacadas debajo de las piedras. De ahí el éxito de los Halland, Pedri, Gavi, Ansu Fati, Benzema, Vinicius, Rodrygo, y gente muy novata muchos de ellos, aún “en construcción” deportiva.

Pero, aparte de los nombres, son las formas de creación de dichas figuras “indiscutibles”. A veces, eran las propias selecciones nacionales el escaparate para hacer valer a las figuras en ciernes. Aunque, también, servía para echarlas por tierra salvo cuando un acontecimiento singular como fue el Mundial de 2010 hizo valer los valores indiscutibles de Xavi y la notoriedad de Iniesta con la consecución de aquel inolvidable gol ganador.

Ahora mismo estamos en esa labor de propaganda respecto a buenos jugadores que aparecen en el panorama futbolístico que destacan y se meten por los ojos sin necesidad de propaganda: Lamine y Bellingham… Si bien, el debate fluye porque los mejores jugadores son exportados a EE.UU., Arabia, Inglaterra, Italia, etc. Y el valor intrínseco de “LaLiga” está disminuyendo de manera muy acusada… Por todo ello, los “Becerros de Oro” hay que generarlos para que los aduladores, los periodistas, los corredores y comisionistas, puedan seguir teniendo sus opciones de enriquecimiento sistemático… Recientemente, ha surgido un futbolista casi ignorado hasta ahora, Fran Zaragoza, que juega excelentemente y aporta un juego muy vistoso y creativo. Lo que más me sorprende es que, los medios, aficionados, y seleccionador enseguida lo incorporan a sus listas sin apenas antecedentes y experiencia. Todo va demasiado rápido.

El drama es que podemos estar cayendo en la trampa de querer aflorar a futbolistas demasiado jóvenes que acabemos quemándolos antes de tiempo, incluso en un sistema de competiciones que sigue primando la cantidad en lugar de la calidad… Y lo más dramático es la competición que se está estableciendo entre los grandes clubes para hacer debutar a los más jóvenes del lugar al objeto de ir anotándose muescas el entrenador de turno, lo que le señala como entrenador avanzado. Y con eso se van creando falsas expectativas en jóvenes de corta edad que, en el momento que le dan derecho al balón, infunde en los padres un afán de “ganaderos titulados” porque todos quieren ordeñar la “vaca lechera” de sus hijos como futuros futbolistas aspirantes a contratos de larga duración y de cifras importantes. En el camino, nadie repara que solo el tiempo y el trabajo bien hecho dará sus frutos. Sin caer en precipitaciones en la formación del futbolista y su preparación física, técnica, psicológica más la preparación humana para cuando el fútbol no sea el sustento principal.

Precisamente se están conociendo, cada vez más, renuncias de jugadores de distintas disciplinas para tratarse de su salud mental. Tan solo hace unos meses, el baloncestista de la NBA, Richy Rubio, abandonó la selección y pidió tiempo para “recuperarse” mentalmente. Un deportista fuera de serie que desde los 14 años estuvo siempre en los máximos niveles de rendimiento y reconocimiento. Pero no se conoce el fondo de la cuestión y lleva ya unos meses recuperándose. O sea, los “Becerros de Oro” es fácil crearlos, pero no es tan fácil ayudarlos cuando entran en conflicto, no se sabe muy bien con quien por cuanto las crisis vienen incluso en momentos de triunfos y estabilidad en el tiempo de sus contratos.

5. Noviembre.2023.