¿Para qué se inventaron los entrenadores? 2 de 2.

14.12.2019 13:17 de  MAROGAR .   ver lecturas

“El fútbol es ciencia oculta de imposible enseñanza académica”. (Dante Panzeri) 

             Y en base a esta aseveración concluía: “Si no se puede enseñar, es lógico que el director técnico o entrenador, que pretende “automatizar la espontaneidad”, le parezca parte de un show. Un tocomocho. Sin embargo, como contraste, el articulista dejó plasmado que “un antiguo futbolista y periodista uruguayo, Diego Lucero, dejó escrito un artículo totalmente compatible con este enfoque y titulado: “Lo más importante es el progreso, por eso ahora importa más el DT que los jugadores”. El texto interpretaba que el fútbol “moderno” se distinguía por querer priorizar la apariencia de progreso y supertecnificación, por encima de los aspectos realmente significativos del juego. La preeminencia del director técnico y de los equipos multidisciplinares (psicólogos, dietistas, etc.) le parecían por tanto puro marketing. Había que vender la idea de que lo que se hace es “más moderno”.  “Pablo Hernández Coronado dijo en “Las cosas del fútbol” que los entrenadores son tan necesarios que hasta los jugadores “se han convencido ya de ello”, lo que significa que durante mucho tiempo eso no había sido así. Y el entrenador uruguayo Ondino Viera no dudó en dejar por escrito que la superlativa técnica latinoamericana se desarrolló “sin directores técnicos ni cuerpos de asesoramiento”; lo hicieron los propios jugadores. Y él considera que era una forma de arte a la que llamó “Destreza del fútbol arte de América”. Es más, prácticamente lo considera un deporte distinto al practicado en Europa, al que llama “Fútbol fuerza de Europa”.

             “El periodista italiano Gianni Brera escribió en un artículo titulado “Il piú bel gioco del mondo” el itinerario socio-económico del entrenador en Italia. La invasión de técnicos danubianos entre 1922 y 1930 se había debido a la disolución del Imperio austrohúngaro, lo que llevó a que ex jugadores o simples conocedores del fútbol de aquella región partiesen a buscar un trabajo en Italia. Y esto se debió a que existía un nicho en el mercado porque los pequeños-burgueses italianos aún no consideraban en esa época que la carrera de técnico fuese lo suficientemente rentable. Durante los años 40 fue cuando los ex jugadores italianos empezaron a constatar que resultaba mejor negocio trabajar en la enseñanza del fútbol que hacerlo en calidad de, por ejemplo, contable. Este retraso propició, según Brera, la falta de una escuela nacional hasta 1960 con la apertura del centro de Coverciano.. Como Di Stéfano comentase: “La táctica se hizo importante una vez que los grandes jugadores desaparecieron”. También, cuando era entrenador, aseguró: “Una vez que la pelota dio la vuelta sobre su circunferencia, la primera y la última palabra la tienen los jugadores. Pero es claro que ahí, en el momento de tomar decisiones hacen falta maestros. No quiero jugadores que miren al banco a ver qué les dice el entrenador”.

             Xabi Alonso, en “L’Equipe”, declaró acerca de Kloop: “Tiene carisma. Lo ves al final de los partidos en la relación que tiene con sus jugadores… Ese vínculo emocional tan fuerte viene también de la relación que ha sabido crear con el club. Tener eso es oro para un entrenador. Pep Guardiola también sabe hacerlo, al igual que Rafa Benítez u otros”.  De Zinedine Zidane apuntó: “Es un ejemplo extraordinario. Respecto a todo el mundo, está a otro nivel. Ganar tres Ligas de Campeones en dos años y medio con el Real Madrid… Todo ha ido tan rápido. No pretendo hacer las cosas al mismo ritmo”. Y siguió: “Nadie conoce el fútbol tan bien como él: Es muy inteligente. Sabe interpretar los equipos y los campeonatos. Cuando Pep comienza a hablar, es una maravilla escucharlo”. Respecto a Mourinho: “Es uno de los entrenadores más grandes que he tenido. Destacaría su capacidad para leer los partidos, su estrategia y esa habilidad que tiene para reaccionar cuando el partido necesita un cambio”. Sosteniendo que “He aprendido mucho de los grandes compañeros que he tenido… Y del hecho de haber conocido diferentes campeonatos. Esto me permite adaptarme rápido”. Y Alonso concluyó: “Sin prisa por ponerme a las órdenes de un gran club porque todavía se considera un “debutante” en este nuevo puesto”.

             A los pocos días de estas apreciaciones, entrevistaron a Allegri, que nos amplió la visión de un entrenador del máximo nivel en el “Corriere della Sera”: “Guardiola ha conseguido sus éxitos en el cuatrienio 2008-2012 viviendo en Barcelona gracias a “tres grandes jugadores”, los españoles Andrés Iniesta y Xavi Hernández y el argentino Lionel Messi…” Pero Allegri negó que ese tipo de juego se pueda aplicar en cualquier equipo. “Hemos seguido durante muchos años a Guardiola malentendiendo su juego. Guardiola mostraba su excepción, no era un fútbol para todos”. Allegri ganó un título liguero con el Milán y cinco consecutivos con el Juventus de Turín, siempre defendió que “lo importante es el resultado”, y también piensa que jugar al contragolpe puede ser espectacular. Y reflexionó: “Cuando oigo a Arrigo Sacchi hablar de gestionar el balón y tener una actitud ofensiva no entiendo qué dice y me enfado. ¿Por qué no sería ofensivo jugar en vertical y sí lo es dar veinte pases de un metro?... He visto muchos partidos de Sacchi y me acuerdo de cuando el Milán marcó cinco goles al Real Madrid (Semifinal Copa Europa 1989). El Milán jugaba en vertical y el Madrid daba muchos pases con calma. Jugar en vertical, al contragolpe, no es fácil de hacer, pero si funciona es un gran espectáculo”. Por otra parte, reiteró su idea de que el fútbol es un deporte simple, en el que los conocimientos de los técnicos son más importantes que los datos estadísticos o sistemas tecnológicos para analizar el rendimiento. “Si los filósofos son buenos, está bien. Pero el problema es el resultado, o sea la realidad. ¿Ganas o no ganas? Yo en mi casa no tengo ni siquiera un ordenador, uso el móvil y ya está. Pero si veo un partido de fútbol, sé lo que veo. Y se me ocurren muchas ideas. Todavía somos mejores que la tecnología”. (…) “No hay inteligencia artificial ni jugadas ensayadas. Lo que cuenta es el ojo del entrenador. A partir de enero pondrán unas “tablet” a disposición de los técnicos en el banquillo. Sabrás datos estadísticos, pero ¿para hacer qué? Para resumir lo que ya has visto. El fútbol se juega en el campo, no es un universo. Hace falta un técnico que sepa hacer su trabajo”, sentenció.

              Es curioso, en plena vorágine ya salen noticias de prensa que indican en el Manchester City que ya piensan en su futuro sin el concurso de Guardiola. Incluso a la espera de que en “Champions League” el City obtenga otros resultados más favorables, incluso pudiera llegar a ganarla. Aunque los antecedentes no bendicen a Guardiola en estos casos europeos. En dos meses la figura de Zinedine Zidane ha resurgido de sus cenizas y ha comenzado a acreditarse gracias a los buenos resultados del Real Madrid. Por el contrario, a Simeone se le echa en cara su contrato más elevado de todos los entrenadores mundiales mientras que su equipo no acaba de ganar, los partidos que ahora empata antes los resolvía por 1-0 y todos tan contentos. Es la hipocresía permanente respecto a los entrenadores. Sin duda, es un invento que les viene muy bien a los aficionados, a los periodistas, a los directivos, para justificar cuestiones injustificables. ¿Guardiola, Zidane, Simeone… no son los mismos entrenadores que a principios de temporada? ¿Cuál fue el factor determinante para ganar, o perder, confianza cualquiera de ellos? ¡Ah, como siempre, el maldito resultado…!

              En el Valencia, fue despedido su entrenador Marcelino y el director general a los pocos meses. El presidente impuso su criterio y no dejó continuar la buena labor de ambos. Y llegó como entrenador un “entrenador invisible”, Celades, con poco palmarés, apocado, silencioso, dudoso para sus propios futbolistas, pero perseverante y respetuoso con el entorno del equipo. Y a “la chita callando”, el día 10 de diciembre logró ganar en el campo del Ajax y se clasificó para octavos de “Champions League”, eliminando a su vez al propio equipo holandés que lució sobremanera en el curso pasado. Una gesta para mí impresionante, un entrenador “silencioso” que cumplió objetivos muy por encima de las expectativas. ¿Eso bendice la mala decisión del presidente echando a Marcelino? Pues claro que no, pero en lo que se refiere a la designación de Celades ha resultado todo un éxito, imprevisto. Yo creo que, como todos los entrenadores, ha jugado sus bazas y tuvo éxito como para reconocerle que es un entrenador positivo.

              En el libro de Ismael Díaz, “Dirigir equipos: El arte del estratega”, podemos entresacar algún apunte interesante sobre estos hombres, unas veces queridos y otros aborrecidos, que son los entrenadores de fútbol en los equipos de fútbol: ”El entrenador es un coordinador de tareas bajo cuya tutela caben estructuradas las distintas aportaciones que lleguen a su dirección”, según Santiago Coca en “Hombres para el fútbol”; “Lo podemos comparar con un maestro que desarrolla su actividad como propuesta, aunque con una honda formación…” (César L. Menotti); “El entrenador debe orientar a través de un importante guión (filosofía de juego, como primer vehículo), cuya principal finalidad es la interpretación del mismo” (Arrigo Sacchi); “Se juega al fútbol por inspiración, por lo que a uno le sale, pero se es entrenador por razonamiento” (Angel Cappa). Y es que, para mí, el entrenador es una figura imprescindible en una agrupación humana que buscan objetivos comunes. Al mismo nivel de importancia que el balón en el juego.

             Curiosamente, el Liverpool ha entendido el valor de su entrenador Jürgen Klopp, renovando su contrato hasta 2024. Llegó en 2015 y el mayor éxito fue la “Champions” de la temporada pasada, incluso la segunda posición de la “Premier” detrás del City. Este año ocupa la primera posición y destacan las diferencias sobre el Manchester City en esta ocasión. Pero, fundamentalmente, porque está marcando tendencias en la manera de competir rompiendo la “dictadura” de la posesión como eje fundamental del juego. 

           Salamanca, 14. Diciembre. 2019.