"Síndrome Benzema"

04.05.2018 19:17 de  MAROGAR .   ver lecturas

“Lo que quiero decir es que, si usted está de hecho ciego, su ceguera en este momento, resulta inexplicable”. (José Saramago, “Ensayo sobre la ceguera”.)

            El Real Madrid jugará la final de “Champions League”, después de eliminar al Bayern de Münich, marcando 2-1 en Alemania y quedando 2-2 en el Bernabeu. También el Liverpool ganó claramente por 5-2 a la Roma, pero ésta le devolvió un 4-2 en su campo, por lo que la final a jugar será Real Madrid-Liverpool. El Atlético de Madrid ganó al Arsenal en su campo y en el Manzanares le marcó un gol más. Total, jugará la final de “Europa League” contra Olympique de Marsella. El Real ha recibido en esta eliminatoria un total de tres goles; cuatro el Bayern; seis goles el Liverpool; y siete goles la Roma. O sea, el equipo “más débil” en defensa fue el que menos goles recibió. La realidad siempre supera las expectativas. Del mismo modo, Benzema marcó dos goles en el Santiago Bernabeu al Bayern de Münich y se resarció (un poquitín) de la incomprensión de sus aficionados.

El nueve en un equipo de fútbol se identifica, en el imaginario colectivo, como ese futbolista que pelea en todos los partidos contra los dos centrales rivales, que se estaciona en el centro del área de penalti, incluso en el área de meta, intentando rematar todo lo que le llega allí, por tierra o por aire, pero sobre todo con contundencia en los golpeos de cabeza. Últimamente, el síndrome más acusado en el fútbol nacional está siendo el de Benzema en el Real Madrid. Algunos lo han llegado a comparar con el “síndrome Kluivert” que se produjo con Van Gaal en el Barcelona. Esa es la mayor crítica que se hace de Benzema, su falta de gol. Y siempre esperando un cambio milagroso. Mientras, se sigue diciendo que es el niño mimado de Florentino, primero, y de Zidane después. Ya en enero de 2011, Jorge Colipe escribió en “El Diario de Almería”: “Síndrome Benzema”- “NO cabe la menor duda de que en este despiadado mundo del fútbol se le caiga con dureza a quienes no son capaces de alcanzar las expectativas puestas en él, aunque ese nivel de exigencia, y no es un dato menor, vaya incluido en el sueldo, bien hermoso, que reciben. El caso del delantero del Real Madrid Karim Benzema, además de chivo expiatorio de una interna ajena, refleja lo dicho anteriormente: este chico de 21 años, francés, hijo de inmigrantes argelinos y llamado a salvar a su familia y rescatarla de los suburbios de Lyon no da la talla en un Real Madrid necesitado de héroes épicos que le saquen las castañas del fuego para continuar respirando… en Francia convirtió 43 goles en 112 partidos, es probable que nunca sea lo que otros quieren”. 

Con todo, la polémica sigue produciéndose entre los que están “a favor” y los que pugnan “en contra”, posturas irreconciliables sin esgrimir más argumentos que el 9 tiene que forcejear permanentemente con los centrales y debe luchar por los balones a la olla intentando rematarlos. Y nada más. El periodista David Palomo analizó (ElEspañol, 18. abril.2018): “¿Por qué Benzema (sin marcar) es el mejor delantero para el Madrid? – “El ariete francés, siempre cuestionado, fue clave en la victoria contra el Málaga y es el séptimo máximo artillero de la historia blanca en Liga. Aunque no marque, Zidane lo avala por lo mucho que genera cuando aparece en la punta de ataque… Desde que llegó al Real Madrid, año sí y año también, ha sido cuestionado. Que si no marcaba suficientes goles, que si le faltaba sangre, que si parecía ausente… Los improperios están en la hemeroteca… Benzema ha marcado un total de 190 goles en 403 partidos con el R. Madrid… Es cierto que no está en su mejor temporada: sólo ha hecho nueve tantos este curso (cinco en Liga, dos en Champions, uno en la Supercopa y uno en la Copa del Rey)”. 

Como podemos observar los datos objetivos medibles no se concilian con las percepciones generalistas. Y todo porque se viste de 9, si lo ubicáramos de 7, o de 11, o de media punta, las exigencias cambiarían. Los estereotipos condicionan al entorno, y lo modifican, y lo supeditan… Si bien, en su día, el 9 era Di Stéfano y sin embargo el goleador era Puskas, disfrazado de 10 pero con vocación de 9. Ramón Grosso también fue un 9 móvil, más bien un centrocampista que acudía a la posición específica en contadas ocasiones, aunque tampoco se consolidó como goleador en ninguna ocasión, aún lo recuerdo cuando ayudó con goles importantes en aquella cesión realizada al Atlético de Madrid que fue muy productiva. En realidad, la gente del Real Madrid sigue acordándose de la función específica que desarrollaba Santillana sobre todo en su excepcional juego aéreo, aunque en la resolución con los pies era más bien torpe… Pocos son conscientes de que Gento consiguió 128 goles, muy por debajo de Benzema y, solo por delante de éste, aparecen Cristiano Ronaldo, Raul, Di Stéfano, Santillana, Hugo Sánchez y Puskas.  Sin embargo, otros jugadores más ineficaces como goleadores son recordados con otro espíritu más positivo que el mostrado ante Benzema: Rial, Del Sol, Amancio, Grosso, Butragueño, Michel, Martín Vázquez, Juan Gómez “Juanito”, Roberto Martínez, Valdano, Zamorano, Morientes, Figo, Zidane, Ronaldo Nazario (Con muy pocas temporadas jugadas), Guti, Higuaín, etcétera. Lo cual nos puede parecer mentira ante la idealización histórica de nuestras memorias que no tienen en consideración los números de Benzema. Entre los más de dos mil futbolistas del Real Madrid en ciento quince años de historia, incluyendo todas las competiciones oficiales, tan solo veinte lograron más de cien goles según la Wikipedia. Di Stéfano llegó a los 308 tantos, Raul González consiguió 323 y Cristiano Ronaldo casi ronda los 450. Al mismo tiempo, Puskas consiguió el mejor promedio de la historia del club con 0,92 goles por partido y con una media de 30,25 tantos por temporada, siendo en total 242 goles en 262 partidos. Y Di Stéfano goleó en 308 ocasiones habiendo jugado 396 partidos, media de 0,78 por encuentro y 27,91 por temporada. El mejicano Hugo Sánchez acumuló 208 goles en 283 partidos, promedio de 0,73 por encuentro y 29,71 por temporada. Por tanto, sin ampliar más detalles sobre los goleadores del Real Madrid, la realidad es apabullante y la trayectoria práctica de Benzema es mucho mejor de lo que pensamos en cada partido.         

Gonzalo Cabeza (ElConfidencial, 19.08,2917) sintetizó con gran precisión: “Tiene un punto lánguido, casi despreocupado. A estas alturas Karim Benzema no sorprende, su relación con el universo es bien conocida por todos los aficionados del Real Madrid. A su alrededor hay rendidos admiradores que piensa que quitándole de la ecuación de este Madrid el monumento se derrumba. También otros que aseguran que no aporta nada o casi nada y que con otro delantero el equipo sería una máquina para todos los tiempos. Como los toreros antiguos, cuando los toros aún eran motivo de conversación, o se le odia o se le ama…” Continuando: “… es generoso y muy capaz de convertir fútbol de la nada, una cualidad que no puede cuantificarse en goles pero que entienden bien los otros jugadores, que disfrutan de sus pases limpios en la zona del área y de los movimientos que aclaran espacios para aparecer desde atrás… En Estados Unidos la moda es hablar de IQ, la inteligencia de un jugador para comprender su deporte y extremar sus cualidades. Eso, en el fútbol, representaría Benzema en esta teoría”.

Por tanto, el “Síndrome Benzema” pudiera resultar un cuadro clínico (ni bueno, ni malo) que afecta a un colectivo importante de aficionados al fútbol con una etiología desconocida. Pero comparto aquello que repetía José Luis Sampedro: “¿La gente está loca? No, la gente está manipulada”. ¿Por quién? Eso importa menos, pero la colectividad consigue muchas veces que una mentira se repita tantas veces que parecerá una verdad indiscutible. Como quiera que sea, en la actualidad el problema se asocia exclusivamente a los pocos goles conseguidos y para nada el gran público tiene en cuenta su trayectoria desde que era máximo goleador en Francia, así como otros aspectos del fútbol desarrollado por Benzema. Sin embargo, otra cuestión será el valor que su entrenador le asigne al rendimiento específico del jugador, en su globalidad. Y cuando queremos explicar lo inexplicable, ponerle palabras a lo oculto, es posible que rompamos esa magia implícita que conlleva el fútbol de Benzema…

Salamanca, 4. mayo. 2018.